Esta vez sin aplanadora, la reforma judicial fue ratificada en lo general con 25 votos a favor y 12 en contra; pese a la aprobación aún queda una larga discusión en el Pleno del Senado, pues se presentaron 70 reservas al dictamen
En una sesión marcada por el acalorado debate y las acusaciones mutuas, las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos del Senado aprobaron, con 25 votos a favor y 12 en contra, el dictamen de la reforma judicial. Esta reforma, que busca la elección de jueces, magistrados y ministros a través del voto popular, es uno de los proyectos más polémicos impulsados por el oficialismo en los últimos años.
El dictamen fue aprobado «sin moverle una coma», después de seis horas de discusiones entre senadores de Morena y partidos de oposición como el PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, quienes manifestaron su rechazo al proyecto.
Acusaciones de ambos lados
Durante la sesión, las acusaciones no tardaron en surgir. Ricardo Anaya, senador del PAN, denunció presiones y amenazas del oficialismo hacia senadores de oposición para votar a favor de la reforma. “Que dejen de presionar a las y los senadores de la oposición… se les están haciendo propuestas corruptoras por un lado, y por otro, se les está acosando a través de las fiscalías estatales”, expresó Anaya, en lo que fue una de las declaraciones más contundentes del día.
Desde el PRI, Carolina Viggiano reiteró el rechazo de su bancada, calificando la reforma como un «terrible engaño» para los mexicanos. “Es falso que los ciudadanos vayan a elegir a quienes desean sean sus juzgadores. Los candidatos serán seleccionados por Morena y el gobierno federal”, afirmó Viggiano, apuntando a lo que considera una manipulación del proceso democrático.
Impacto en lo social y político
Alejandra Barrales, senadora de Movimiento Ciudadano, advirtió que la reforma podría tener efectos devastadores en lo político, económico y social. Comparó la situación con países como Hungría y Perú, donde la politización del sistema judicial resultó en regímenes autoritarios. Barrales no fue la única en expresar preocupación sobre el futuro de la independencia del Poder Judicial en México.
Por otro lado, el senador morenista Óscar Cantón Zentina defendió la reforma como un paso necesario para lograr justicia para todos los mexicanos, no solo para aquellos con poder o dinero. “Morena va a votar con absoluta convicción esta iniciativa presidencial, porque el pueblo de México nos avaló con casi 36 millones de votos”, declaró Cantón Zentina, resaltando la legitimidad del mandato de su partido.
Tensiones sobre la mayoría calificada
Uno de los puntos más controvertidos en el debate fue el tema de la mayoría calificada. Marko Cortés, presidente del PAN, señaló que Morena no cuenta con la mayoría suficiente en el Senado para aprobar la reforma. Acusó al partido oficialista de conseguir apoyos de forma ilegítima, en referencia a la reciente adhesión de dos senadores del PRD a la bancada morenista. “La están adquiriendo a la mala”, denunció Cortés, sugiriendo que hay acuerdos ocultos para obtener los votos necesarios.
El senador Luis Donaldo Colosio Riojas, de Movimiento Ciudadano, criticó duramente la falta de diagnóstico en la reforma y consideró que su verdadero propósito es revanchista. “Esta reforma es para quitar privilegios, sí, pero también para tomar control del poder que funge como el árbitro de México”, sentenció Colosio Riojas, destacando lo que considera una peligrosa concentración de poder en manos del Ejecutivo.
Reformas bajo fuego cruzado
A pesar de la aprobación en comisiones, el futuro de la reforma electoral sigue siendo incierto, dado que aún deberá ser discutida en el pleno del Senado, donde se prevé un debate igual de acalorado. Los senadores de los seis grupos parlamentarios anunciaron que presentarán 70 reservas al dictamen, lo que promete alargar la discusión en las próximas sesiones.
Con información de El Universal
