Lluvias del 2021 evidenciaron aún más el riesgo en el que viven habitantes del lado sur de la capital chiapaneca
Ana Liz Leyte / Aquínoticias
Las lluvias que cada año se registran en la capital del estado, evidencian las malas condiciones en las que muchas viviendas se encuentran y esto a consecuencia del crecimiento urbano sin una planificación adecuada.
«Cuando estos fenómenos no están localizados y monitoreados es frecuente que muchos poblados crezcan hacia lugares propicios en donde ocurra un derrumbe o bien, donde ya hay derrumbes antiguos que debido de las cargas de viviendas, agua potable y drenaje estos puedan reactivarse», explicó Jorge Antonio Paz Tenorio, profesor e investigador de la Facultad de Ingeniería de la Unicach.
En Tuxtla Gutiérrez más de 23 mil viviendas fueron construidas en zonas vulnerables, con materiales no adecuados, por ello, muchas presentan derrumbes o cuarteaduras que ya no tienen solución.
Sin embargo, pese a los riesgos que esto representa, familias deciden no abandonar sus viviendas, y es que hacerlo, significaría no tener un lugar dónde vivir.
«Las pérdidas materiales se tendrán que resarcir y volver a reconstruir, sin embargo, la prioridad es salvaguardar la vida por ello quiero hacer un llamado respetuoso pero enérgico a la ciudadanía en el sentido de a actuar», ha pedido la Secretaria De Protección Civil en Tuxtla Gutiérrez, Elizabeth Hernández Borges, quien en reiteradas ocasiones ha pedido a los habitantes del Ejido Francisco I. Madero, retirarse de la zona.
Paseos del Bosque, Ejido Francisco I. Madero, colonia 6 de junio y la mayoría de las viviendas de la ladera sur -en la parte superior del libramiento sur- son un riesgo constante para la población.
«En Paseos del Bosque es una situación diferente porque es la colindancia y la invasión al área de amortiguamiento del arroyo Cerro Hueco, ahí hay dos viviendas afectadas que fueron desalojadas», dijo Hernández Borges.
Sin embargo, esto podría ser prevenible si se edificara bajo una buena planeación, misma que no se tiene en la mayoría de los casos. En parte por culpa de autoridades y otras por parte de la población, quienes en ocasiones construyen en invasiones.
«La vida de esto es enfermarse, estresarse, preocuparse porque muchas personas la verdad todos comentan dónde me voy, no tenemos dónde estar, dónde vivir, porque aquí hay gente que no tiene dónde vivir, son gente humilde, trabajadora que día a día se gana un peso», expresó Romeo Chamé de la Cruz, afectado del Ejido Francisco I. Madero.
Y aunque es bien sabido que la ladera sur es un peligro, el crecimiento poblacional y la necesidad de tener un hogar, pasan por alto las recomendaciones de especialistas, sin embargo, señalan que esto no significa que no se deba construir en la zona, pero sí se debería hacer con materiales adecuados, pues no es lo mismo construir en la zona norte que en la sur, pues deberían de utilizarse otro tipo de materiales.
«Si usted escarba en la ladera norte a los 20 centímetros va a encontrar piedra sólida, sin embargo, sí usted hace una perforación en la ladera sur del libramiento sur hacia la parte de Copoya puede hacer perforaciones de hasta 30 metros encontrando material suelto», concluyó Jorge Antonio Paz Tenorio, profesor e investigador de la Facultad de Ingeniería de la Unicach.