Fernando Bolaños Gordillo / Escritor e investigador chiapaneco
¿Qué es el poeta? Es la nada expresándose a sí misma en el todo. ¿La nada es el todo? Mundo de apariencias, donde no hay nada esta el todo. Hay un pretexto y algo aparece. Puede ser que no haya lluvia, pero ¿qué tal si uno la lleva en sus ojos? Las palabras emergen de esa nada y es ahí en donde Francisco Félix se devela a sí mismo y a su nostalgia por el absoluto de El coronel Tek.
Hay un anhelo que viaja por el tiempo, pero las horas ya están muertas, porque traza algo que aún es, que no se ha ido, que está impregnado en los detalles que él elige en su paso por el tiempo.
Francisco Félix muestra que es él en sí mismo, en su sombra, en sus huevos y Dios aparece y desaparece como un susurro: hay negación, ira, negociación, depresión y aceptación. En su ira traza que Dios lo come con cubiertos, pero le cuesta separar la carne del hueso a pesar de su omnipotencia.
El coronel Tek, es un Prometeo encadenado, castigado por un Dios, quizá haya sido por traerle a su mundo de fuego, calor, vivencias y Paco quiere compartir en sus estrofas esa canción que no le dedicó.
Hay referencias difíciles, dolorosas, nihilistas, llenas de sabor amargo, de un desenlace esperado y el almohadón de plumas, cuento de Horacio Quiroga: Solo el hielo es capaz de conocer la otra cara de los ojos sin trepanar la cabeza, y fluir de nuevo, escribió Francisco para llegar a la aceptación.
Del mismo modo el poeta escribe: Al Elefante le habían arrancado sus colmillos, fue el tiempo, le arrebató su dignidad tallada en marfil. Aun así, permaneció fuerte y leal. Cuando llovía, todos nadaban en sus huellas.
El coronel Tek está en Francisco, el dolor sirve para la reinvención, al fin y al cabo, la vida es una tragicomedia. Las perdidas son al fin y al cabo una invitación hacia lo absoluto.