La teórica hizo una crítica de la «minoritarización» de la lucha feminista y ubicó la violencia de género como el «tema central» de la violencia estructural del sistema capitalista, pues se trata del «caldo de cultivo» donde se aprende y se reproduce la violencia que afecta a la sociedad entera
Redacción Cimac Noticias
Ciudad de México. La «democracia realmente existente» que vivimos está atravesada por dos grandes problemas: el de la raza, asentado en una «perspectiva colonial», y el de género, que es ancestral y tiene su origen en la «prehistoria patriarcal» y se ha agravado cada vez más pues hoy las mujeres no son consideradas como ciudadanas plenas, aseguró la antropóloga y feminista argentina Rita Segato.
Durante su conferencia magistral «Democracia y feminismo», que forma parte de la cátedra extraordinaria «(Re) pensando la democracia en el mundo actual: una visión histórica, global e interdisciplinaria», organizada por el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) y la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también se preguntó «por qué los crímenes contra nosotras son considerados crímenes menores».
En un comunicado el PUEDJS resumió la participación de la renombrada académica, quien aseguró que cuando hablamos del tema de la democracia y el feminismo destacan dos aspectos: la enorme importancia que ha ganado el estudio de la problemática de género en el campo discursivo durante la última década y, en sentido contrario, el problema de la violencia contra las mujeres, que es una «violencia social y estructural», no particular ni de minorías, pues las afecta no sólo a ellas sino a toda la humanidad.
Luego de referir el racismo en Brasil, país donde vivió muchos años, como la falta de acceso a la universidad de la población afrodescendiente, Segato mencionó la «hipocresía de la democracia liberal» y dijo que esa careta o «fachada moral» se cae en casos como el de los presidentes Jair Bolsonaro o el mandatario estadounidense, Donald Trump. Sin embargo, este último representante de la supuesta «democracia modelo del mundo» se ha mostrado racista y misógino.
Segato hizo una crítica de la «minoritarización» de la lucha feminista y ubicó la violencia de género como el «tema central» de la violencia estructural del sistema capitalista, pues se trata del «caldo de cultivo» donde se aprende y se reproduce la violencia que afecta a la sociedad entera: desde la violencia común hasta las guerras entre Estados, problema que se expande actualmente y amenaza la integridad de la democracia.
Es necesario, agregó, terminar con la impunidad promovida por sectores conservadores provenientes de la política convencional, quienes buscan encuadrar el tema de la violencia contra las mujeres como de interés particular, de una minoría, lo cual es un error y «lo estamos pagando muy caro ya que al ser la violencia de género un problema social afecta tanto a las mujeres como a los hombres».
Para Segato, desde la mirada patriarcal la violación es más que sólo violencia, también es «discurso» ya que la ideología dominante hace a la víctima sospechosa de «desobedecer» y es concebida como mala, y el violador supuestamente «la disciplina, la moraliza». Es por ello, explicó, que las víctimas son estigmatizadas por los jueces.
«Este absurdo debe ser superado por la humanidad. Por eso, en el tema de la ciudadanía, las mujeres no somos personas completas, no somos ciudadanas», dijo, y agregó: «Que los crímenes contra nosotras sean considerados crímenes menores, es la gran interrogante».