La entidad enfrenta una crisis de salud pública, vinculada a factores como la pobreza, el aislamiento social y la falta de acceso a servicios de salud mental. La situación que afecta en mayor medida a hombres jóvenes subraya la urgencia de políticas preventivas
Aquínoticias Staff
En los últimos cuatro años, los casos de suicidio en Chiapas han mostrado una tendencia alarmante. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020 se registraron 203 suicidios en el estado, cifra que aumentó a 245 en 2021 y alcanzó los 265 en 2022. Aunque en 2023 hubo una ligera disminución con 243 casos, las estadísticas reflejan una situación crítica que exige una respuesta urgente por parte de las autoridades y la sociedad en general.
Chiapas, en el top 15 de suicidios en México
A nivel nacional, Chiapas ocupa el lugar número 13 en suicidios, estando detrás de entidades como el Estado de México, Jalisco, Chihuahua, Guanajuato y Puebla, que encabezan la lista. Estos datos posicionan a Chiapas en una situación delicada dentro del panorama de salud mental en México. El problema, lejos de ser aislado, es un reflejo de una realidad más amplia que afecta tanto a comunidades rurales como urbanas.
Hombres y adultos jóvenes, los grupos más vulnerables
Durante la tercera sesión ordinaria de la Mesa Interinstitucional para la Prevención del Suicidio en Chiapas, la comisionada estatal de Salud Mental y Adicciones, Mayra Sulián López Aguilar, expuso el panorama actual del estado. Uno de los hallazgos más relevantes es que los hombres entre 30 y 39 años son los más afectados por el suicidio, siendo el método más común la asfixia por ahorcamiento. Los municipios más golpeados por esta problemática son Tuxtla Gutiérrez y Tapachula.
El suicidio, además de ser una tragedia personal y familiar, representa una carga significativa para la salud pública en Chiapas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año más de 800,000 personas mueren por suicidio a nivel global, y por cada caso consumado, existen al menos 20 intentos. Este problema no solo afecta a las personas directamente implicadas, sino también a su entorno, generando una cascada de dolor y trauma en las comunidades.
Factores de riesgo en Chiapas
El aumento de los suicidios en Chiapas está vinculado a una serie de factores que incluyen la pobreza, el aislamiento social, la falta de acceso a servicios de salud mental y la prevalencia de trastornos mentales como la depresión. El abuso de sustancias, como el alcohol, también juega un papel relevante en el desarrollo de comportamientos suicidas, especialmente en áreas rurales donde los servicios de apoyo psicológico son limitados.
Además, la discriminación y el estigma que enfrentan ciertos grupos vulnerables, como migrantes, refugiados, y miembros de la comunidad LGBTIQ+, también los coloca en un mayor riesgo de suicidio. Estos grupos, en muchas ocasiones, carecen de redes de apoyo que puedan ayudarles a enfrentar momentos de crisis.
Medidas de prevención: urgencia de un enfoque integral
El gobierno de Chiapas ha comenzado a implementar iniciativas para hacer frente a este problema. Entre las acciones más destacadas se encuentra la conformación del Observatorio de Salud Mental y Adicciones y el Grupo Técnico de Emergencias y Desastres, con el objetivo de ofrecer atención especializada a personas con comportamiento suicida. Sin embargo, los expertos coinciden en que estos esfuerzos deben ir acompañados de una mayor inversión en infraestructura de salud mental y programas de prevención.
La OMS ha señalado que el suicidio es prevenible si se cuenta con las herramientas adecuadas, entre las que destacan el acceso a tratamientos psicológicos, el apoyo social y la reducción del estigma asociado con los trastornos mentales. En Chiapas, la intervención temprana y la educación sobre salud mental son clave para reducir las cifras de suicidio. La identificación de señales de alarma, como el aislamiento, los cambios bruscos de comportamiento y las expresiones de desesperanza, pueden salvar vidas.
Desafíos futuros: la pobreza y el aislamiento social
Uno de los mayores retos que enfrenta Chiapas en su lucha contra el suicidio es la pobreza estructural que afecta a amplias zonas del estado. Las comunidades rurales, en particular, carecen de acceso a servicios de salud mental, y el aislamiento geográfico complica la intervención oportuna. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), Chiapas es uno de los estados con mayor índice de pobreza en México, lo que agrava el acceso a servicios básicos, incluida la atención psicológica.
Los problemas económicos, las dificultades familiares y la falta de oportunidades laborales también son factores que contribuyen a la desesperanza en la población, alimentando la tasa de suicidios. En este sentido, es fundamental que las políticas públicas aborden de manera integral las condiciones sociales que agravan la salud mental, promoviendo la creación de empleos, el acceso a la educación y la mejora de los servicios de salud.
La importancia del diálogo y la educación
La prevención del suicidio no es tarea exclusiva del gobierno. Las familias, las escuelas y la comunidad en general tienen un rol crucial en la identificación temprana de las personas en riesgo. Es necesario fomentar una cultura de diálogo sobre salud mental, derribando las barreras del estigma y el silencio que rodean este problema. El apoyo emocional temprano, así como la promoción de una red de contención comunitaria, pueden marcar la diferencia en la vida de una persona.
Con información de Diario del Sur