La población ocupada en la «Perla del Soconusco» creció en 2024, pero la informalidad y la calidad del empleo siguen siendo grandes desafíos para la región
Aquínoticias Staff
En el segundo trimestre de 2024, Tapachula experimentó un aumento en su población ocupada, alcanzando las 108,565 personas, un incremento de 1,614 respecto al mismo periodo del año anterior, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este crecimiento refleja una mejora en la capacidad del mercado laboral local para integrar a más personas al empleo.
El sector laboral en Tapachula ha mostrado signos de reactivación económica, impulsado por políticas públicas enfocadas en la creación de empleos en sectores clave como el comercio y la agricultura. Sin embargo, a pesar de este avance, la población desocupada también aumentó ligeramente, pasando de 3,486 personas en 2023 a 3,807 en 2024, lo que equivale a una tasa de desocupación del 3.3%.
Este incremento en la ocupación no ha sido suficiente para reducir significativamente los índices de informalidad laboral, que afectan al 53.9% de los trabajadores en la región. La informalidad limita el acceso a prestaciones sociales y a una estabilidad laboral, dejando a una gran parte de la fuerza laboral en situación de vulnerabilidad.
Por otro lado, los empleos formales han registrado un ligero aumento en Tapachula, pero la alta demanda laboral supera las vacantes disponibles. Esto refleja que, si bien hay avances, persisten brechas entre la oferta y las necesidades del mercado. Además, la calidad del empleo sigue siendo un tema prioritario, ya que muchos de los puestos generados no cumplen con las expectativas de los trabajadores ni garantizan un sustento digno.
El economista Alejandro Gómez, del Diario del Sur, destaca que “tapachula está en una trayectoria positiva, pero es necesario acelerar la generación de empleos formales y trabajar en programas que capaciten a los ciudadanos para cubrir las vacantes disponibles”.
Aunque la tasa de desocupación de Tapachula es baja en comparación con otras regiones del país, los retos para garantizar una economía laboral robusta y equitativa son evidentes. Si la región aspira a consolidar su crecimiento, será fundamental abordar la informalidad, mejorar la calidad del empleo y ampliar las oportunidades laborales acorde a las habilidades y necesidades de su población.
Con información de Diario del Sur