9 de cada 10 tapachultecos se sientes inseguros en su ciudad, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Cambiar esta percepción será el reto de los nuevos gobiernos antes de convertir al Soconusco en un polo económico
Aquínoticias Staff
La percepción de inseguridad en México ha alcanzado su punto más bajo en la historia, situándose en un 58.6% durante el tercer trimestre de 2024, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esta cifra, aunque sigue siendo alta, representa una caída significativa en comparación con periodos anteriores. En el trimestre de abril a junio de 2024, el 59.4% de los encuestados consideraba insegura su ciudad, mientras que en los últimos meses de 2023, el porcentaje era de 59.1%.
Este descenso en la percepción de inseguridad coincide con los últimos meses de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, una administración que, a pesar de su éxito en la reducción de la percepción pública de inseguridad, ha enfrentado un aumento alarmante en los homicidios. Durante el sexenio de López Obrador, México ha acumulado más de 193,000 homicidios, lo que representa un aumento del 23% en comparación con la administración anterior de Enrique Peña Nieto.
A pesar de esta notable disminución en la percepción general, el informe del Inegi también revela una marcada brecha de género: el 64% de las mujeres encuestadas se sienten inseguras en comparación con el 52.2% de los hombres. Este dato pone de relieve la persistencia de desigualdades de género en la percepción de seguridad, lo que sugiere que, a pesar de los avances, las mujeres siguen siendo más vulnerables o perciben mayores riesgos.
El análisis de la encuesta también muestra importantes diferencias regionales en cuanto a la percepción de seguridad. La ciudad que lidera la lista de percepción de inseguridad es Tapachula, en el estado de Chiapas, donde el 91.9% de los habitantes informaron sentirse inseguros. Esta ciudad, ubicada en la frontera sur de México, ha sido un punto clave en las disputas territoriales entre grupos criminales por el control del tráfico de drogas y personas, lo que podría explicar estos altos niveles de percepción de inseguridad. Otras ciudades que también registran altos niveles de inseguridad son Naucalpan (88%), Fresnillo (87.9%), Ecatepec (87%), Irapuato (86.4%) y Tuxtla Gutiérrez (85.9%).
Por el contrario, San Pedro Garza García, en el estado de Nuevo León, es la ciudad percibida como más segura de México, con solo el 13.7% de los residentes reportando inseguridad. Este municipio, conocido por ser el más rico del país, contrasta drásticamente con las ciudades más afectadas por el crimen. Le siguen la alcaldía Benito Juárez en Ciudad de México (17.5%), Tampico (20%), Piedras Negras (20.2%), Puerto Vallarta (21.3%) y Saltillo (21.7%).
A nivel nacional, la inseguridad en ciertos espacios públicos sigue siendo motivo de preocupación. Los lugares donde los ciudadanos se sienten más vulnerables son los cajeros automáticos en la vía pública (67.3%), el transporte público (61.8%), las carreteras (53%) y las calles que transitan con regularidad, así como los bancos (51.3%). Estos datos reflejan la complejidad del problema, que no solo depende de la violencia criminal, sino también de factores de urbanización, infraestructura y confianza en las instituciones.
Además, la presencia de delitos en el entorno cercano a las viviendas continúa siendo alarmante. El 58.9% de los encuestados reportaron haber presenciado consumo de alcohol en las calles, mientras que el 47.9% mencionó haber sido testigo de robos o asaltos. Otros delitos comúnmente presenciados incluyen el vandalismo y la venta o consumo de drogas (39.2%), disparos de armas (36.6%) y la presencia de bandas violentas o pandillerismo (24.2%).
Estos datos, aunque muestran una tendencia positiva en la reducción de la percepción de inseguridad, sugieren que el reto para mejorar la seguridad en México aún es enorme. El descenso histórico en la percepción puede ser alentador, pero las cifras de homicidios, la persistente brecha de género y los altos niveles de inseguridad en algunas regiones destacan la necesidad de continuar implementando políticas de seguridad más efectivas y focalizadas.