El doctor Gabriel Castañeda Nolasco, junto a un equipo académico, presenta el uso de plantas para el techado de los hogares y así mejorar la temperatura, al tiempo de generar ahorros de energía eléctrica
Lucero Natarén, Marco Aquino / Aquínoticias
El doctor Gabriel Castañeda Nolasco, investigador y académico de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) nos cuenta en qué consiste el proyecto «Adaptación de techo verde aplicable a la vivienda de interés social», que está impulsando gracias al Programa de Investigación en Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Dentro de los beneficios que traen los techos verdes en las viviendas de interés social de Tuxtla Gutiérrez, que es donde se situó la investigación, está el ahorrar energía, puesto que reduce la ganancia de calor.
«Si tengo aire acondicionado, este deja de trabajar en menos tiempo, porque el techo verde permite que el aire se enfrié más fácilmente. Pero si el calor está permanente por tener un techo de concreto armado expuesto al sol, el motor no dejará de consumir energía en ningún momento».
Agregó que el ponerle la cubierta verde al techo, hará que el aire acondicionado o el ventilador descanse por más tiempo, dando como resultado ahorros energéticos que en un día no se perciben, pero al año es un ahorro mucho más significativo.
Los techos verdes también colaboran para reducir el escurrimiento de agua de lluvia, situación que genera inundaciones en la capital chiapaneca, debido al desbordamiento del río Sabinal. El especialista refiere que esta situación no sucedía con anterioridad, sino que fue producto de eliminar las superficies de tierra y sustituirlas por superficies de concreto.
«Al existir más cubiertas de concreto, estas provocan que el agua acelere su velocidad por el pavimento; ya que no se infiltra. Llega de golpe al arroyo del río Sabinal, y al ser demasiada agua este no la soporta, generándose desbordamientos».
Una de las principales causas, dejo ver el investigador, es que en Tuxtla Gutiérrez las áreas de infiltración (áreas verdes arboladas) van desapareciendo poco a poco de las zonas altas de la ciudad, por la expansión de edificaciones y pavimentación, provocando vulnerabilidad a inundaciones.
Dentro de los errores que se comenten en la mitigación de este problema, es que los esfuerzos se enfocan en la limpieza del río, pero no en el verdadero problema, el escurrimiento acelerado. En este panorama los techos verdes llegan a convertirse en una solución al funcionar como «esponjas» que detienen por más tiempo el agua, minorizando los cauces pluviales.
«Si en Tuxtla, todos los fraccionamientos de interés social tuvieran techos verdes, se detendría mucha agua; le daría tiempo al arroyo para desfogar los excesos de agua».
Otra de las ventajas que trae consigo este proyecto, es la disminución de las altas temperaturas, emitido por techos de concreto, comunes en viviendas de interés social, factor que puede estar relacionado con el desarrollo de enfermedades en personas expuestas demasiado tiempo al estrés térmico.
Las bondades se extienden también a la ciudad, además de brindar un mejor paisaje, la proliferación de techos verdes permitirá la reducción de las denominadas islas de calor, -brindado una disminución al calentamiento del aire de la ciudad-.
Pensando en la accesibilidad, el proyecto impulsado por Castañeda Nolasco, propone el uso de materiales «comunes», como lo son las botellas Pet y/o bolsas plásticas, las cuales permiten drenar el agua presente en los techos verdes. Para el recubrimiento se utiliza tela de pellón o fieltro, la cual evita el deslave de la tierra, componente base de este tipo de techos.
Por el clima que hay en la entidad, el «elemento verde» a elegir es el pasto alfombra, «no buscamos la estética, pero lo ideal es que se usen plantas endémicas, para no generar problemas con respecto al abasto del agua para regarlas. Por ejemplo, en Torreón, Coahuila, se colocó en el techo cactáceas, las cuales generaron adherencia a la tierra, evitando la erosión eólica». Además de no requerir tanta agua.
Para este proyecto, mencionó que se desarrolló un sustrato que hizo el techo más ligero, permitiendo colocar plantas en el techo, que no pesen mucho, y no afectar la estructura de la vivienda. Destacó que el prototipo realizado fue exclusivamente orientado a viviendas de interés social, puesto que tienen objetivos que desean lograr.
«Un techo normal, de los que se fabrican para poner jardín pesa de 200 a 250 kilos o más, pero nosotros diseñamos un sustrato que nos diera un peso de 50 kilos, ya saturado de agua. Eso permite que una casa de interés social pueda tenerlo, si se pasa, ya está fuera del reglamento».
El doctor señaló que no es obligatorio poner el techo verde desde que se edifica la casa, sino que puede ser adaptada en cualquier momento de su vida útil. Sólo hay que revisar si no está dañada la losa.
«En la Facultad de Arquitectura tenemos un prototipo de techo verde mayor de más de 15 años que no tiene ninguna filtración, ni nada que afecte, al contrario, genera otro tipo de ecosistema».
Castañeda Nolasco comentó que junto al cuerpo académico «Componentes y Condicionantes y de la Vivienda» (COCOVI) de la Unach, y apoyados con el Laboratorio Nacional de Vivienda y Comunidades Sustentables, buscan que la gente aprecie, valore y adopte este tipo de diseños, pero acentuó, «hace falta una política que lleve hacia un reglamento de construcción que incentive y motive el uso de estas cubiertas para mejora del ambiente».
El arquitecto indicó que en este proyecto participa un equipo de trabajo a nivel nacional, pues buscan desarrollarlo en diferentes condiciones climáticas, poniendo a prueba los techos verdes (con plantas) en Oaxaca, Yucatán y Coahuila, para evaluar el comportamiento térmico en células que se construyeron de la misma dimensión, con las mismas características.
Enfatizó que hay mucho conocimiento que se genera en la universidad por diversos grupos de investigación, pero hace falta que se transfieran a la comunidad, al uso común.
«Nosotros estamos a la mejor disposición de hacer transferencias tecnológicas a los diversos sectores poblacionales, desde los gobiernos hasta las familias, pasando por grupos sociales que quieran tener techos verdes. Se les puede orientar y/o asesorar».
Para quienes deseen su propio techo verde pueden solicitar información en las páginas de Facebook: COCOVID o Laboratorio Nacional de Vivienda y Comunidades Sustentables.