«Teoria del panico moral», ¿una estratagema gubernamental?

FOTO: ILSE HUESCA /CUARTOSCURO.COM

Las acciones de protesta social en torno al aumento de la gasolina han acaparado la atención de los medios de comunicación; algunos críticos del sistema acusan intervención del Estado para legitimar la violencia institucional, la vulneración de los derechos ciudadanos y las controvertidas decisiones del gobierno federal

Julieth Rodríguez

[dropcap]E[/dropcap]l caos se ha desatado en varias ciudades del país y la cobertura de la prensa nacional se enfocó en las acciones de protesta social en torno al aumento de la gasolina. Las manifestaciones se exacerbaron a tal grado que derivaron en saqueos a comercios y supermercados, así como en actos vandálicos.
Hay quienes atribuyen este escenario a una orquestación desde el mismo Estado para legitimar la violencia institucional, la vulneración de los derechos ciudadanos y las controvertidas decisiones del gobierno federal; acusan la existencia de infiltrados y grupos de choque, por lo que afirman que estamos ante la inminente implementación de la Teoría del Pánico Moral, que ayer en México fue Trending Topic en Twitter. Pero ¿de qué se trata? Ahora, una aproximación.
La Teoría del Pánico Moral fue formulada por el criminólogo fallecido en 2013, Stanley Cohen. Este estudioso fue pionero en centrar su análisis crítico en problemas añejos que se invisibilizaban o menospreciaban desde los estudios tradicionales, que se enfocaban en el sistema penal.
El doctor en Derecho por la Universidad de Barcelona, Gabriel Ignacio Anitua, relata en un escrito que ello le permitió a Cohen encontrar objetos de estudio tradicionalmente considerados fuera de lo estrictamente criminológico, como los usuarios de drogas, los medios de comunicación, los miedos, las modas y bandas juveniles.

Así opera

En 1972, el teórico británico publicó su libro Folk Devils and Moral Panics: the making of the mods and rockers, donde por primera vez abordó la temática del pánico moral y la manera en que los poderes fácticos operan para generarlo. Justamente ayer en redes sociales —información que el portal Aristegui Noticias replicó—, se difundió de manera escueta en qué consiste esta teoría:
1. Se aplica la acción (reformas estructurales)
2. El Estado genera el pánico (saqueadores y violencia)
3. Algunos piden la presencia del Estado a través de sus fuerzas para restablecer el orden.
4. El Estado entra con sus fuerzas (incluyendo al ejército)
5. Resultado: a) Se engrandece al Estado como ente «salvador» por restablecer el orden y se genera una aparente paz y tranquilidad desviándose así la atención del origen del problema (las reformas). b) Se justifica la militarización del país bajo el pretexto de mantener la paz social. c) Se acaba con las protestas y manifestaciones.
En «Stanley Cohen (1942-2013): la mirada crítica», Ignacio Anitua explica que el pánico moral es una reacción de un grupo de personas basada en la percepción falsa o exagerada de algún comportamiento cultural o de grupo (frecuentemente minoritario o de una subcultura) que es visto como peligrosamente desviado y que representa una amenaza para la sociedad.
«…No importa la entidad de ese grupo de personas que han sido definidos como una amenaza para los valores e intereses de la sociedad. Su naturaleza se presenta de una forma estilizada y estereotipada por los medios de comunicación. Son los «demonios populares», especialmente creados por los propios medios que «crean alarma» mediante la cobertura mediática.
Citando a Cohen, el experto comenta que el pánico moral se diferencia de la histeria en masa porque está enmarcado en términos de moralidad y es usualmente expresado más como un atentado que como un miedo. Además, la parte moral es la condena y la desaprobación social, y el pánico es el elemento de la histeria y la exageración.

El papel de los medios

Asimismo, Ignacio Anitua habla de otro elemento fundamental en la diseminación del pánico moral, los medios. «La regla general es: sin prensa, no hay pánico moral. Los medios son plataformas de pánicos morales, los cuales o los inician ellos mismos o llevan el mensaje de otros grupos»; de ahí la importancia de la verificación de la información en esta época de periodismo ciudadano.
Jock Young, de la Universidad de Kent (Nueva York), explica en «El pánico moral. Sus orígenes en la resistencia, el ressentiment y la traducción de la fantasía en realidad»: «Los medios masivos de comunicación sostienen una narrativa que estimula tanto como condena, que amplifica el problema tanto como provee explicaciones y genera consecuencias…»
Esta amplificación mediática sirve para crear una espiral de miedo e indignación públicos, presionando a los organismos de control como la policía y los magistrados, y creando olas delictivas de fantasía pero de reales consecuencias; es decir, se percibe una violencia y actos delictivos mayores a los que realmente existen. La cobertura mediática y a su vez, la desinformación contribuyen a «inflar» el problema a fin que pasada la «crisis», se implementen medidas que comprometen en ocasiones la soberanía nacional o los derechos ciudadanos.
Aristegui Noticias retoma al economista Milton Friedman y su Teoría del Shock para enmarcar lo que podría estarse gestando en México. Esta teoría «consiste en esperar a que se produzca una crisis de primer orden o estado de shock, y luego vender al mejor postor los pedazos de la red estatal a los agentes privados mientras los ciudadanos aún se recuperan del trauma, para rápidamente lograr que las «reformas» sean permanentes».
Además, menciona que tras la inundación de Nueva Orleans en 2005, provocada por el huracán «Katrina», Friedman escribió en The Wall Street Journal: «La mayor parte de las escuelas en Nueva Orleans están en ruinas. Esto es una tragedia. También es una oportunidad para emprender una reforma radical del sistema educativo». Tal como previó, los colegios de Nueva Orleans pasaron a ser gestionadas por instituciones privadas.

Así se contrarresta

Asimismo, el portal de noticias hace recomendaciones para evitar difundir información falsa en las redes, a fin de contrarrestar los efectos del pánico moral:
Paso 1.- Mira que la fuente de la noticia sea confiable y reconocida. (Toma en cuenta desde el prestigio del medio hasta la ortografía)
Paso 2.- Cerciórate de que la fecha, lugar o nombres mencionados coinciden con lo que crees estar comunicando. (Quizás encontraste algo viejo o de otro lugar)
Paso 3.- Busca (googlea) al menos dos fuentes más que hablen del tema y corroboren la información.
Paso 4.- Si conoces a algún experto del tema, ¡pregúntale! (Un opinador NO es un experto)
Paso 5.- Los comunicados oficiales se hacen a través de Boletines que se publican en medios masivos de comunicación (Prensa, Radio y TV) y en redes sociales identificadas.

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Un comentario

  1. yo he usado las medidas para contrarrestar el pánico moral y resulta que sí he encontrado falsedad en noticias, en especial en las de izquierda cuando hablan de infiltrados de gobierno que resultan ser trabajadores de mantenimiento, o activistas plenamente identificados vinculados a un movimiento de izquierda o de anarquistas. También he visto como usan estas teorías para no ser incriminados por los daños que ocasionan.

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