El presidente electo Donald Trump insinuó recuperar el control del icónico canal, calificando su cesión como un error histórico. La propuesta fue rechazada rotundamente por el gobierno panameño, que la considera un atentado contra la soberanía del país
Aquínoticias Staff
En un mitin político que despertó tanto aplausos como controversias, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, insinuó que su gobierno podría buscar retomar el control del Canal de Panamá, argumentando que las tarifas impuestas a los barcos son «ridículas». Estas declaraciones, hechas durante el evento conservador AmericaFest en Arizona, han encendido alarmas en Panamá y en la comunidad internacional, que ven en esta propuesta una amenaza a la soberanía del país centroamericano.
El presidente panameño José Raúl Mulino rechazó de inmediato la idea, calificándola como un agravio inaceptable. “El Canal de Panamá es un símbolo de nuestra independencia y no permitiremos que ninguna potencia extranjera lo cuestione”, declaró Mulino, cuyo gobierno ha enfatizado su compromiso con la administración soberana del canal desde que Estados Unidos lo cedió en 1999 bajo un tratado firmado en 1977.
Trump, quien asumirá el cargo el próximo 20 de enero, afirmó que el canal fue entregado “tontamente” por Estados Unidos y aseguró que la situación actual representa una desventaja económica para su país. “Nos están estafando. Ese canal debería estar bajo nuestro control”, declaró ante una multitud entusiasta de más de 20,000 simpatizantes.
Un retroceso histórico
El Canal de Panamá, construido a inicios del siglo XX, es una arteria crucial para el comercio global. Su cesión a Panamá marcó un hito en las relaciones internacionales, al devolver el control de este estratégico paso marítimo a su legítimo dueño tras casi un siglo de dominio estadounidense. La propuesta de Trump de recuperar el canal ha sido vista por analistas como un retroceso a las políticas intervencionistas que caracterizaron gran parte del siglo pasado.
¿Un juego político?
El discurso de Trump no es aislado. En un contexto de crecientes tensiones políticas internas, el presidente electo ha recurrido a mensajes nacionalistas para consolidar el apoyo de su base conservadora. En el mismo evento, prometió una “Edad de Oro” para Estados Unidos, impulsada por un gabinete “de ensueño” que supuestamente resolverá desafíos económicos, migratorios y bélicos.
Sin embargo, la propuesta sobre el canal no solo refuerza su retórica nacionalista, sino que también pone en evidencia una desconexión con las realidades políticas y diplomáticas de América Latina. “Panamá no cederá ni un milímetro de su soberanía, y cualquier intento de intervenir será enfrentado con unidad nacional e internacional”, aseguró un alto funcionario panameño.
Soberanía bajo amenaza
Para Panamá, el control del canal simboliza no solo su independencia, sino también su capacidad para gestionar uno de los puntos neurálgicos del comercio global. En 2022, el canal generó ingresos récord para el país, demostrando su eficiencia y relevancia en la economía internacional.
El gobierno panameño ha dejado claro que cualquier intento de cuestionar su administración será considerado una violación de su soberanía. Mulino, en tono desafiante, agregó: “Estamos listos para defender lo que nos pertenece. No permitiremos que nos arrastren de nuevo al pasado”.
Con estas declaraciones, Trump no solo ha generado tensiones con un aliado estratégico, sino que también ha abierto un frente de discusión sobre el respeto a las soberanías nacionales en una era donde el multilateralismo enfrenta constantes desafíos.
Con información de Proceso