Donald Trump negocia con México y El Salvador para implementar una política de deportaciones masivas que desafía la soberanía regional y reaviva tensiones en materia de migración y derechos humanos, de acuerdo con Bloomberg
Aquínoticias Staff
El regreso de Donald Trump al poder en enero de 2025 se perfila como un desafío geopolítico para México y El Salvador, que enfrentan la presión de Estados Unidos para aceptar a miles de migrantes indocumentados expulsados bajo una política de deportaciones masivas. Según un reportaje de Bloomberg firmado por Eric Martin, el equipo de transición del presidente electo ha iniciado contactos discretos con los gobiernos de Claudia Sheinbaum y Nayib Bukele para negociar la recepción de migrantes no mexicanos en sus respectivos territorios.
Una estrategia de «tercer país»
Fuentes cercanas a las conversaciones revelaron que los planes buscan evitar la deportación directa a países con los que EE. UU. mantiene relaciones tensas, como Venezuela, Nicaragua, Cuba e incluso China. De ahí que México y El Salvador sean considerados puntos estratégicos para «sentar las bases» de esta política.
El periodista Eric Martin señala que figuras clave del equipo de Trump, como el asesor de seguridad nacional Mike Waltz y el influyente Stephen Miller, lideran estas negociaciones preliminares. Además, Marco Rubio, propuesto como futuro secretario de Estado, asumiría un rol central una vez confirmado en el cargo.
Sin embargo, los contactos actuales han sido descritos como “a través de canales alternativos” e incluyen intermediarios del sector empresarial. Según Bloomberg, estos esfuerzos buscan tanto reducir los cruces fronterizos como asegurar que los migrantes expulsados no regresen directamente a territorio estadounidense.
La postura de México
En su conferencia matutina del 5 de diciembre, la presidenta Claudia Sheinbaum abordó el tema, rechazando la idea de que México funcione como un país intermediario en las deportaciones masivas de Trump. “Nuestra principal función es recibir a las y los mexicanos. Esperamos lograr un acuerdo para que las deportaciones sean directas a los países de origen de los migrantes,” enfatizó.
Sheinbaum también destacó el modelo actual implementado bajo la administración de Joe Biden, que prioriza el retorno directo de los migrantes a sus países de origen. La mandataria aseguró que trabajará en un acuerdo similar con la nueva administración republicana.
Presión económica y política
Desde su residencia en Mar-a-Lago, Donald Trump reiteró que los gobiernos de México y Canadá han sido «avisados» de lo que considera una carga económica impuesta por los migrantes. Además, reafirmó su compromiso con la continuación del muro fronterizo, describiéndolo como una inversión necesaria pese a su alto costo.
Para algunos analistas, estas declaraciones sugieren que México enfrenta un dilema estratégico: colaborar con las demandas de EE. UU. o priorizar su soberanía y capacidad de respuesta ante el impacto humanitario de posibles deportaciones masivas.
Con información de Aristegui Noticias