El secretario de Economía destacó que existe una probabilidad del 80% de que los aranceles no lleguen a implementarse, citando el T-MEC como una barrera para estas acciones. “El tratado implica que no haya aranceles”, subrayó
Aquínoticias Staff
La posible imposición de los aranceles del 25% sobre productos mexicanos por parte del virtual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado un nuevo debate sobre las relaciones comerciales en América del Norte. Sin embargo, México ha dejado clara su postura: el camino no es el enfrentamiento, sino la negociación.
Durante una visita a Querétaro para inaugurar la ampliación de una planta de Safran, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, aseguró que México no responderá con aranceles en caso de que la medida estadounidense se concrete. “Nosotros no estamos con los impuestos. No estaríamos planteando eso”, afirmó, subrayando que el diálogo será la herramienta para resolver el conflicto.
Ebrard también destacó que existe una probabilidad del 80% de que los aranceles no lleguen a implementarse, citando el T-MEC como una barrera para estas acciones. “El tratado implica que no haya aranceles”, subrayó, aludiendo a la importancia de los acuerdos comerciales como salvaguarda de la estabilidad regional.
El T-MEC, promovido y firmado por el propio Trump durante su administración, ha sido clave para el comercio en América del Norte. Según Ebrard, es improbable que el mandatario electo busque desmantelar un acuerdo que ha generado beneficios significativos para las tres naciones. “Lo que tenemos que hacer es persuadir de que el camino es fortalecer la región, porque al tratado le ha ido muy bien”, agregó.
Si los aranceles llegaran a aplicarse, los efectos serían devastadores, especialmente para Estados Unidos. General Motors, Stellantis y Ford, empresas automotrices clave, sufrirían un aumento en sus costos de producción, lo que se traduciría en precios más altos para los consumidores. El secretario de Economía ha advertido que las camionetas pick-up fabricadas en México podrían encarecerse en 3,000 dólares por unidad, afectando directamente a las familias estadounidenses.
Además, el impacto en el empleo sería severo: se estima la pérdida de 400,000 puestos de trabajo en Estados Unidos, lo que sumado al encarecimiento de bienes básicos afectaría la competitividad global de las empresas norteamericanas.
En lugar de responder con medidas proteccionistas, México apuesta por:
- Dialogar y persuadir a la administración de Trump para evitar una fragmentación en la región.
- Reforzar el T-MEC como marco de estabilidad y prosperidad compartida.
- Optimizar las cadenas de suministro para mantener a América del Norte competitiva a nivel global.
Ebrard insistió en que el gobierno federal seguirá trabajando para llegar a un acuerdo que beneficie a ambas naciones.
Con información de Diario del Sur y Radio Fórmula