Tubo de ensayo / Rene Delios

Se podrá decir lo que sea, pero la gente está votando por esa extraña formula PAN-PRD.
Desde luego que para los más osados hace dieciocho años, la posibilidad de una alianza triunfadora entre el PAN y el PRD era imposible, lo cierto es que hoy sucede y merece la crítica completa del dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo hay un antecedente local, en Chiapas, con aquel «Movimiento de la esperanza» el PAN se adhirió casi al final de la contienda a la candidatura de Pablo Salazar –propuesta del PRD- en aquel lejano 2000, en que por primera vez el PRI perdió en el estado la gubernatura.
Hoy para Morena, para su dirigente, el frente común entre el PRD y el PAN para disputar la presidencia de la república es la versión «de un pacto contra México», sin más argumento porque lo dice él, o más bien porque lo considera un acuerdo para impedir que logre llegar a la presidencia de la República.
Para el puntero en las encuestas presidenciales, la posibilidad de una alianza con alguno de estos partidos está más que cerrada con Morena «porque son responsables de la tragedia nacional que sufren millones de mexicanos envueltos en la pobreza y la marginación».
Para el tabasqueño es fácil decir que desde el Pacto por México, todos esos partidos son lo mismo, esto es lo que llama la mafia en el poder que es más un pacto contra México, y ello implica al PRI, PANAL y PVEM por un lado y por otro al PRD-PAN, que considera ya lo mismo.
Pero fue más radical: ante el amago de René Bejarano de unirse a Morena si el PRD insiste en una alianza con los blanquiazules, López Obrador lo bateó: sólo caminará con los militantes de base de los partidos políticos y no con las cúpulas perredistas.
Clarito.
De todos modos muy aparte de fanfarronadas, lo cierto es que sin alianzas es difícil ganar; ya López lo calibró en Edomex, y todos saben que existe una fecha límite para consolidar acuerdos de ese tipo, en el mes de septiembre de este año, no solo porque inician las elecciones federales 2017-2018, sino también porque Morena va a llevar a cabo el acuerdo por la prosperidad y el renacimiento de México en la capital del país, aunque no se ha especificado exactamente el día, tentativamente se plantea para el tres de septiembre.
Esto es que López Obrador sigue explotando las encuestas que lo marcan como puntero, aclarando que esa métrica se basa en personajes, no en cuanto a alianzas de partidos, que presenta otro comportamiento electoral, cosa que sabe AMLO y por eso descalifica la alianza sui generis de la izquierda y la derecha en México que, evidentemente, está resultando ganadora.
Y es que no es poco decir: tres gobernaturas en 2016 y una en 2017.
In creciendo.
Así entidades como Chihuahua, Quintana Roo –de punta a punta- y Veracruz al centro del país, fueron ganadas por esa alianza el año pasado como en éste sucedió con Nayarit, ya en el alto Pacífico, y en eso no sirve de mucho decir que son parte del daño que se le ha hecho a México pues, la gente, está votando por esa extraña formula.

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