Tubo de ensayo / Rene Delios

No se desvanecen las dudas sobre el que hay un nuevo PRI cuando los procedimientos internos y de acción política siguen siendo los mismos, y que sus decisiones son parte del tráfico de influencias y los cotos de poder regionales o nacionales, según el caso, por lo que no ha convencido del todo a la ciudadanía que mantiene, eso sí, un cuestionamiento constante a la administración pública federal, incluyendo a las entidades donde gobierna, con el ejemplo patético de Veracruz que ya les huele a derrota, y en casos excepcionales su alianza con el PVEM, en éste caso Chiapas, en dónde la imagen del mandatario ha merecido una merma derivada de falta de recursos y malas políticas aplicadas por sus operadores políticos.
La cuestión es que dos decisiones recientes llamaron poderosamente la atención de los analistas políticos, con las designaciones de la candidatura de Omar Fayad para gobernador de Hidalgo y de Alejandro Murat, para aspirante a gobernar Oaxaca.
Del senador Omar Fayad solo podemos decir que es la reiteración de los viejos esquemas de selección del PRI, aun el argumento falso de un supuesto nuevo esquema en busca de una nueva imagen que no convence a nadie.
Ni a sus propios integrantes que se pasan por las entre telas estatutos y planteamientos por imponer su criterio e influencias, incluso desde el gobierno mismo.
Pero es bueno refrescar la memoria en éste país de tantos memes en las redes que son también distractores de las cosas interesantes, como éste senador Fayad, que es aquel que intentó legislar la barbaridad de controlar las redes sociales y el internet, con distintos nombres y justificaciones jurídicas, pero al final buscaba darle al estado la facultad de controlar esta súper carretera de información, para evitar la forma en que el pueblo mexicano hoy se intercomunica aun sus imprecisiones y estupideces de adiario, pero que al final de cuentas es du derecho a manifestarse. Recordamos tam,bién que el senador acabó por desistirse, ante la arrastriza que le dieron en las redes mismas y aun con eso, desde su partido, a un censurador del pensamiento, lo postulan a gobernador del estado del secretario de gobernación.
Preciosura de idea.
Aun las acusaciones de que nació en el estado de México, que no radica en Oaxaca, que no cumple con lo que la ley electoral local estipula en origen y residencia, de todos modos el PRI designó a Alejandro Murat Hinojosa –sí, el hijo de Pepé, aquel ex gobernador que se auto atentó hará unos años- candidato a la gubernatura de Oaxaca y ¡por decisión unánime¡ de los diversos sectores y organizaciones partidistas de su entidad.
O sea, para que no brinque nadie del tricolor en la antigua Antequera.
Acusado junto con su padre de tener propiedades millonarias en torres de Wisconsin, Nueva York, Paris, de todos modos el proceso interno le favoreció y empresas encuestadoras ubicaban al ex director general del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores como el mejor posicionado entre los otros aspirantes priístas.
¿Y fue cierto? Porque los otros aspirantes radican en Oaxaca.
Pero eso fue entre priístas, no encuesta directa a la opinión pública pues, éste joven no es bien visto en lo general por sus paisanos que lo consideran un extraño –y lo hacen trizas en redes sociales-, cuando en realidad tenía un importante cargo federal al que renunció desde hace días para buscar la candidatura de su entidad, y fue cuando le iniciaron una campaña a «este joven» que aun con eso es más de lo mismo en el PRI: las mismas familias, los mismos apellidos, clanes, caciquismo político.
¿Dónde pues el nuevo rostro del PRI?
Es el mismo solo que con otros antifaces, los críos, los cachorros, los hijos, los entenados, los ahijados, los sobrinos, los nietos, los yernos, la misma cosa.

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