Tubo de ensayo / Rene Delios

Nuevamente los procesos electorales que se desarrollaron en tres estados del país nos mostraron el abuso por parte de todos los involucrados en esos comicios, partidos políticos, dirigentes y candidatos se comportaron por igual, dando cifras, acusando a los adversarios, proclamando sus triunfos y descalificando a los órganos reguladores y organizadores.
Vimos de todo: acusaciones en las redes sociales, los medios de comunicación y desde luego distintas voces apoyando a unos, descalificando a otros, para intentar sorprender y dar un golpe de timón, el llamado madruguete ha sido desde siempre la metódica, la métrica y hasta la balanza.
Sacar encuestas a modo, el método más conocido, practicado, en los comicios de todos los niveles para gobierno, intentando manipular el criterio de la gente, con números que más adelante se derrumban, desengañan, y es cuando empiezan las críticas, los cuestionamientos, la impugnaciones, las demandas de elecciones de estado, fraudes, en fin.
Lo mismo.
Ya es común en los partidos y candidatos actuar de esa forma, creyendo –quien sabe por qué- al anticiparse a los resultados oficiales, podrán cambiar los números contenidos de las actas de las casillas que están siendo contabilizadas, y en esas, buscan hasta hacer reales las encuestas por sobre los resultados mismos y, los desmienten con una autoridad arbitraria, peligrosa: hubo fraude, elección de estado, acusan.
Cuando se comprueba que no, no hay disculpas para con las instituciones ofendidas, para con los adversarios denostados, es como ¡aquí no ha pasado nada» y a esperar la próxima para hacer lo mismo, en éste como surrealismo democrático que se llama México.
Dicen especialistas que esos modos solo genera incertidumbre entre la ciudadanía, y que ese es uno de los motivos por lo cual está apática.
Yo me quedo en la sencilla de que no se la creen, ni a partidos ni a candidatos.
Me quedo en que la hidra del cuento es ese voto que la clase política prefiere llamar indeciso, y no como se debe: desconfiando, desangelado, defraudado, engañado, y dado a no creerles.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *