Que se bajen de los miradores y comiencen a caminar el territorio
AQUÍNOTICIAS STAFF
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. — Chiapas comienza a escribir una nueva historia turística. Lejos de los folletos convencionales y los paquetes exprés, el estado impulsa una ruta distinta: una que nace desde las comunidades, con el territorio como protagonista y la organización social como motor. El anuncio más reciente es la instalación del Comité de Desarrollo Turístico Estatal, una instancia que articula a la Secretaría de Turismo, actores comunitarios y el respaldo de la UNESCO, con el objetivo de fortalecer el turismo comunitario.
El plan contempla el desarrollo y difusión de cuatro guías turísticas enfocadas en rutas con alto valor natural y cultural, como la Meseta Comiteca, Chiapa de Corzo, zonas ejidales de la Selva y espacios alrededor del Cañón del Sumidero. Estas guías priorizan la sustentabilidad, la reactivación económica directa para comunidades anfitrionas y la conservación del patrimonio tangible e intangible.
La lógica es clara: no más turismo extractivista ni de paso. Chiapas apuesta a un modelo donde los ingresos lleguen directamente a las familias que preservan, acompañan y ofrecen servicios desde sus territorios. Según datos de Sectur, el turismo representa el 10.4 % del PIB estatal y 1.9 % a nivel nacional, pero el reto es que esa derrama deje de concentrarse solo en grandes operadores.
El turismo comunitario, además de una oportunidad económica, se perfila como una herramienta política. En una región donde la tierra es símbolo de resistencia, convertir el paisaje en una fuente de ingresos dignos es también una forma de defender el territorio y frenar el despojo.
Para la frontera sur, esto podría significar un cambio profundo: de enclave olvidado a reserva de identidad. La comunidad se vuelve guía, guardiana y gestora. Y eso, en tiempos de homogeneización cultural y crisis ambiental, es más que una alternativa: es una urgencia.
En Chiapas, el turismo empieza a bajar del mirador y a pisar la tierra.