Algunos desperdicios de la cocina pueden llegar a ser vigorizantes; te presentamos cuáles y cómo usarlos
Lucero Natarén / Aquínoticias
Muchas veces se cree que con sol, tierra y agua las plantas u hortalizas que se siembran en casa estarán bien. Con frustración se termina aprendiendo que no es así. De hecho, las plantas necesitan nutrientes para crecer fuertes y sanas. Para ello no es necesario gastar en químicos y otros productos. En los residuos orgánicos del hogar se puede encontrar la respuesta.
A continuación, se enumeran algunos abonos naturales que son fáciles y baratos de conseguir.
Cáscaras de huevo. Luego de cocer huevos, conserve las cáscaras y el agua de cocción (a temperatura ambiente). Para este proceso se machacan las cáscaras y se colocan junto al agua de cocción en la tierra de las macetas.
Plátano. Esta cascara resulta un gran reconstituyente para las plantas cuando las hojas se ponen amarillentas o tienen un aspecto quemado. Basta con cocer las cáscaras de tres plátanos con una cucharada de azúcar. Se mezcla ese líquido directamente con el agua de riego.
Restos de café. Estos se diluyen en un litro de agua; se deja reposar por 24 horas y una vez a la semana, se riegan las plantas con esta mezcla.
Caldo de verduras. Cuando prepare este caldo, guarde un poco (sin sal ni especias) o prepare uno especial para sus plantas. Gracias a que es rico en vitaminas, lo convierte en un excelente fertilizante natural.
Jugo de naranja. Riegue de vez en cuando un poco de este jugo natural y notará como las plantas recuperan su vigor en cuestión de días.
Ceniza de madera. Del fogón o de la chimenea, esta ceniza es especialmente rica en fósforo y potasio; además es un buen aliado para prevenir plagas en las plantas. Se mezcla con agua y se usa para el riego.
Cabe destacar que la separación de los residuos orgánicos de los sólidos facilita y hace más limpia la separación de materiales al momento que recogen la basura, promoviendo el reciclaje. Se ayuda al medio ambiente mientras se aprovechan los nutrientes que aún se esconden en las sobras orgánicas.
Otra de las formas de usar los residuos orgánicos es convertirlos en composta para abonar los cultivos de manera natural.
