Tuxtla, victima de la mala planeacin

Foto: Ariel Silva

Las lluvias atípicas que afectaron a la capital chiapaneca revelan el fallo humano en la previsión de desastres

Daniel Torre / Portavoz

[dropcap]D[/dropcap]espués de la torrencial lluvia de 114 milímetros que azotó durante dos horas la ciudad de Tuxtla Gutiérrez el pasado 3 de septiembre, la población aún sufre los estragos de la mala planeación y la deficiencia en infraestructura con la que cuenta parte de la ciudad.
No ha sido la única ocasión en el que área metropolitana se ha visto afectada, recordemos que en el 2014, a un año de la remodelación del centro, una fuerte lluvia de más de 72 milímetros dejó afectaciones severas, provocando el desprendimiento de coladeras en la zona centro de la ciudad, viéndose a su vez afectadas diversas colonias. En Terán la preocupación principal fue el río Sabinal (que atraviesa de lado poniente a oriente Tuxtla Gutiérrez), que rebasó el 70 por ciento de su capacidad.
De extremo a extremo, la ciudad capital se ve sufriente, sucia, cansada y húmeda. A diferencia de las lluvias del 2014, éstas fueron un 63 por ciento más intensas, y el desastre millones de pesos más caro.
Siendo las ocho y media de la mañana, en una conversación que mantenía el chofer de una ruta foránea (mientras conducía, hecho que, por cierto, está prohibido) con un vendedor anciano de pomadas naturistas (de las que cuestan 20 pesos y curan de todo) escuché las premoniciones de que el andador San Roque se desplomaría un día de estos ya que debajo se encuentra un río al que el naturista acudía a matar iguanas en su niñez, el arquitecto Sergio de la Cruz corroboró la información y mencionó que a su construcción levantó un oficio, en el cual reportaba que los materiales no eran propicios para el afluente y que con el tiempo se oxidarían y debilitarían.
Caminar por las calles de Terán transporta a la población a las orillas de un río, zonas de la colonia se encuentran repletas de piedras y arena que fueron arrastradas por la intensa lluvia, los baches sufrieron una metamorfosis, ahora son pozos que cuentan con más de 22 centímetros de ancho y aproximadamente 6 centímetros de profundidad.
-Los vecinos y militares estuvimos limpiando y levantando los escombros y las piedras –dijo una vecina mientras arreglaba la jardinera de su casa-: afortunadamente no pasó del susto.
Carlos Martínez, vecino de Terán, denunció que mucho de lo que se encontraba entre los escombros era basura.

En la San Francisco

La colonia San Francisco alberga uno de los paisajes más desoladores de la ciudad. Lo que compete toda la calle 2ª oriente partiendo de la 6 Sur hacia la 12 Sur, va mostrando en aumento los estragos del desastre, bolsas llenas de arena y tierra, montículos de piedras y escombros a lo largo de las calles, abundante basura en las esquinas. A su vez una familia de africanos ante la impresión pregunta con preocupación dónde tomar la ruta que los dirija a Ocozocoautla, ya que la 9 sur se encontraba cerrada.
A partir de la 9 sur el panorama es distinto, catastrófico: carros varados e inservibles con espejos rotos, llenos de tierra; cerros de escombros, en los cuales se observaban colchones, salas, ropa y juguetes. Gente cansada sentada en las afueras de su casa. Al llegar a la 11 sur todo cambia, una numerosa cuadrilla de protección civil ayuda a sacar agua y lodo de las casas, las que se encontraban construidas a un nivel inferior del asfalto de la calle.
Policías estáticos acordonaban la zona sobre la 12 sur, donde la avenida se vio interrumpida, debido al desbordamiento de un arroyo embovedado que arrasó con una vulcanizadora y casas aledañas. En el lugar, una retroexcavadora removía lodo del afluente.
Muchas labores humanísticas hicieron presencia, en las calles aledañas vecinos de la colonia montaron centros de acopio donde se aceptaban víveres y ropa, a su vez ofrecían alimento a los vecinos que no acudieron a los centros de acopio y a miembros de protección civil.
Raúl Araujo denunció que en los fraccionamientos aledaños a Los Pájaros, por lo menos tres casas se desplomaron completamente.
La mala planeación trae como resultado lo catastrófico dentro de la catástrofe, sólo queda esperar el día en el que el afluente ubicado bajo San Roque se desborde. Advertidos estamos.

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