La creadora textil, Gina Vega ofrecerá un taller para las personas que hayan perdido a alguien en la pandemia y quieran hacer un peluche con su ropa
Sandra de los Santos / Aquínoticias
Eréndira Guerrero es una costurera de Ciudad Juárez, Chihuahua que durante la pandemia se ha dedicado a hacer osos, muñecas y cojines con la ropa de las personas que han fallecido. El trabajo de la mujer se ha viralizado y ahora ha llegado a la frontera sur.
Gina Vega Aguilar es una creadora textil chiapaneca quien conoció el trabajo de Eréndira a través de los medios y de ahí le surgió la idea de ofrecer un taller para hacer osos con la ropa de personas queridas que han fallecido por COVID-19.
El taller, que se ofrecerá en línea de manera gratuita en dos sesiones, intenta ayudar a las personas que pasan por un proceso de duelo.
«Nosotros en México y en Chiapas estamos muy acostumbrados a otro tipo de duelo, al acompañamiento de nuestros familiares y amigos, a estar cerca de las personas que se van cuando eso sucede, pero esta enfermedad no nos está permitiendo eso, todo sucede muy rápido y en soledad, entonces, el proceso de duelo es distinto» comenta Gina Vega.
Entre las actividades que se pretenden realizar en el taller es hacer una carta de despedida, la cual se pondrá en el «corazón» del oso que se realizará con la ropa de quien ya no está con esto se pretende ofrecer un ritual de cierre, el poder hablar de alguna forma con la persona que falleció.
Desde que comenzó la pandemia, Gina Vega abrió una clase gratuita en su página de Facebook de bordado y meditación activa. Actualmente cada viernes se conectan entre 800 y mil 200 personas a cada clase que son de diferentes partes del mundo. La mayoría son de México, pero también hay mucha participación de mujeres de Sudamérica.
«Nunca pensé que fuéramos tantas y que además serían de diferentes partes del país y hasta del mundo. Yo estoy muy contenta porque no se trata solo de enseñar puntadas, sino de dedicarnos un tiempo, de pensar, a mí el bordado me ha ayudado mucho en diferentes etapas de mi vida por eso confío en su poder sanador en estos momentos de crisis» comenta Gina Vega.
Las clases de bordado de los viernes de Gina son también un espacio de escucha. El grupo en el que están 27 mil seguidoras se ha convertido en un sitio de compartir sentimientos, experiencias, duelos y procesos en estos momentos de confinamiento. Aunque siempre el punto de unión ha sido el bordado, por medio de esta actividad es que se cuentan las historias y se aprende a conocer a las personas.
Hace un mes tuvo que interrumpir sus clases de los viernes porque tuvo COVID-19 eso la hizo aún más empática con el tema. «No está chida esta enfermedad» dice y seguramente no hay nadie que le pueda discutir eso.
Ha recobrado su salud y dice que algo que le ayuda a su propio proceso de sanación es poder compartir con las demás personas su trabajo.
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Gina, antes del confinamiento, estuvo en situación de cárcel durante ocho meses por un delito que no cometió. En febrero del 2020 obtuvo su libertad y 15 días después vino la pandemia. Lleva un encierro prolongado de dos años. No ha ido a fiestas ni tampoco ha recobrado su vida de antes.
«Durante la enfermedad (COVID-19) me di cuenta que yo también traigo mi propio duelo, el duelo de mi vida pasada que no he podido recobrar, la sensación total de libertad» cuenta.
Gina está convencida que cuando se ayuda a sanar a otras personas también se recobra un poco de tranquilidad, o al menos, es su forma de enfrentarse a la adversidad y muchas están agradecidas con esa su propia forma de sanación.
2 comentarios
Hola! Quiero saber cómo participar del taller de Gina Vega. Gracias
Hola! En la página de facebook que la encuentras con el nombre de Gina Vega Bordado podrás encontrar toda la información. Un abrazo.