El régimen de medidas impuestas durante la Administración Trump en contra de la inmigración se está desmontando. Este lunes el Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos anunció el fin del Protocolo de Protección de Migrantes (PPM) conocido como Quédate en México, una medida adoptada en 2020 para que los solicitantes de asilo esperaran en nuestro país la respuesta de autoridades migratorias, lo que implica sostener su manutención y dejarlas en condiciones inseguras.
Previamente en mayo, el mismo Departamento ahora a cargo del cubanoamericano Alejandro Mayorkas anunció que quedaba eliminado el llamado Título 42, también impuesto por Trump con el cual endureció aún más su estrategia antiinmigrante porque prohibía la entrada a personas migrantes para «evitar la propagación del Covid-19 en territorio estadunidense».
Trump quedó impactado por las imágenes de las caravanas de migrantes que cruzaron el puente del río Suchiate en la frontera sur de México en octubre de 2018. Tres meses después decidió crear el polémico Quédate en México que desde su aplicación se estima que devolvió a unas 70 mil personas a las ciudades fronterizas que van desde Tijuana hasta Matamoros para que esperaran su audiencia migratoria en Cortes de EU.
Eliminar esa disposición fue una verdadera odisea para Biden. Prometió hacerlo desde la campaña y al asumir la presidencia en enero de 2021 frenó esa política que luego fue impugnada por gobiernos republicanos como el de Texas. Un juez suspendió el decreto que fue apelado por el gobierno de Biden a quien la Suprema Corte en una cerrada votación le dio la razón el último día de junio tras una dura batalla legal… y política.
Desde que se implementó ese programa, se estima que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza expulsó a 1.7 millones de solicitantes de asilo. Por otro lado, el gobierno de Biden consideró necesario terminar con el Título 42 ante la disminución de los casos de Covid.
La eliminación de las medidas antiinmigrantes sin duda representa una buena noticia, pero supone volver al escenario previo al gobierno de Trump. Es decir, los problemas estructurales del flujo migratorio (que se ha incrementado significativamente durante 2022) no han sido atacados de raíz: en 2021 fueron deportadas 29 mil migrantes mexicanas, 10 mil de ellas bajo el Título 42, entre otras personas.
Sigue pendiente abordar la migración con un enfoque de derechos humanos y establecer un gran acuerdo integral y regional de desarrollo. El pasado 14 de julio Biden ofreció a México incrementar las visas de trabajo temporal pero sin precisar un número. La agenda migratoria está abierta a la espera de acuerdos de gran calado (también muchos seres humanos).