Un riesgo mortal, ser madre y chiapaneca

Es la entidad con la mayor mortalidad materna en el país. Sólo en lo que va del año, han muerto 34 mujeres por esta causa, más del 10 por ciento del total nacional

Margarita Vega/GIRE

[dropcap]E[/dropcap]n enero de este año nació el primer hijo de la cantante Anahí y el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco. En redes sociales, ambos celebraron haber tenido un niño sano. La diferencia con miles de chiapanecos que se convierten en padres es que ellos pudieron decidir en dónde querían que naciera su hijo: el hospital privado San Lucas, en la capital Tuxtla Gutiérrez.
Ahí los pacientes pueden elegir una de las 17 habitaciones privadas de este centro de salud, deciden si quieren una habitación sencilla con una sola cama y un sofá, o la «habitación presidencial», que además cuenta con un espacio contiguo equipado con sala de estar para las visitas.
Del lado contrario, miles de chiapanecas tienen que parir en hospitales saturados, en donde abundan las denuncias tanto de pacientes como del personal sobre la falta de medicamentos, médicos o instalaciones adecuadas; mujeres que no cuentan con la posibilidad de decidir cómo tener a su hijo. Mantener privacidad durante el parto o guardar reposo, sólo en sueños.
«Si entra una paciente pues ya la paciente sale así de inmediato y entraría otra paciente y otra paciente para que se haga el trabajo de parto», relata un estudiante de medicina que realiza prácticas en el Hospital de la Mujer de San Cristóbal de Las Casas, en donde nacen la mayoría de los hijos de las mujeres indígenas de los Altos de Chiapas que no pudieron parir en casa.
Según Hilda Argüello, secretaria técnica del Observatorio de Mortalidad Materna en México, que las mujeres en Chiapas no puedan elegir cómo tener a sus hijos está estrechamente relacionado con la ausencia de una infraestructura médica accesible para las mujeres y sus familias, una que permita que cualquier emergencia obstétrica sea atendida con oportunidad y por lo tanto, salve vidas.
«Estas localidades (de Chiapas) cuentan con muy poca infraestructura para la atención en salud y en general, para otro tipo de servicios que pudieran facilitar la sobrevivencia como los caminos y el transporte. Cuando se presenta una complicación de estas características, como la hemorragia obstétrica, se requiere que la mujer y su familia se les refiera rápidamente y esto todavía se ve más complicado cuando sucede en la noche y en la madrugada», señaló en entrevista.
Según el secretario de Salud del estado, Francisco Ortega, se ha implementado una política de entrega de vales a todas las mujeres embarazadas para que ellas cuenten con recursos para pagar una ambulancia en caso de tener una emergencia obstétrica. Sin embargo, ninguna de las organizaciones o mujeres consultadas sabía de la existencia de este programa.
El funcionario también señaló que en los últimos años se han abierto ocho nuevas casas maternas, centros especializados en la atención del embarazo y el parto, principalmente en la zona de los Altos de Chiapas, enfocadas en atender con oportunidad a las mujeres; pero reconoció también que el 70 por ciento de las muertes maternas que se han registrado en el estado en lo que va del año han ocurrido en unidades médicas.
«Son pacientes que llegan en estado crítico y que a pesar de que se ha dado la atención según las guías de atención, desafortunadamente mueren, a veces porque llegan muy tardíamente por la dispersión, por la manipulación o porque no llegan a sus consultas prenatales, no le dan un seguimiento a su embarazo, por eso hemos fortalecido las casas maternas, las capacitaciones a las parteras empíricas y al segundo nivel de atención», dijo en entrevista.
En México, los hospitales públicos se dividen en tres niveles de atención. Los hospitales de primer nivel son aquellos de servicios de salud básicos, donde se atienden la mayoría de las enfermedades frecuentes y se aplican medidas de prevención; en los hospitales de segundo nivel se atiende a pacientes que requieren diagnósticos más específicos, como radiografías, análisis de laboratorio, entre otros. Además de ello, cuentan con la posibilidad de internar a un paciente o realizar procedimientos quirúrgicos, en caso de ser necesario.
Por último, los hospitales de tercer nivel son aquellos de alta especialidad. En estos hospitales se atienden enfermedades de baja prevalencia, alto riesgo, y enfermedades más complejas. Al ser los nosocomios más especializados, son también los menos numerosos.
En Chiapas, una mujer debe recorrer entre 1.5 y 88.5 kilómetros para llegar al hospital de segundo nivel más cercano, es decir, a uno equipado para atender complicaciones en partos. Para llegar a uno de los dos hospitales de tercer nivel en la entidad, los únicos preparados para atender las complicaciones más serias, una mujer chiapaneca tiene que recorrer, en promedio, 283 kilómetros, es decir, un recorrido de aproximadamente cuatro horas y media.
Uno de los principales indicadores sobre muertes relacionadas con el embarazo es la razón de muerte materna. Este indicador dice cuántas mujeres mueren por causas relacionadas al embarazo y el parto por cada mil nacidos vivos en un periodo determinado. Entre más lejos esté el municipio de un hospital de segundo nivel, más mujeres mueren por complicaciones relacionadas al embarazo, parto o postparto. El municipio de Maspantepec, que es el que se encuentra más cerca de un hospital de segundo nivel (1.5 kilómetros), tuvo en 2015 una razón de muerte materna de 1.9 mujeres por cada mil nacidos vivos. Mientras tanto en Copainalá, municipio que se encuentra a 74.2 kilómetros aproximadamente del hospital de segundo nivel más cercano, en 2015 murieron 3.9 mujeres por cada mil nacidos vivos.
La secretaria técnica del Observatorio de Mortalidad Materna en México subrayó que es lamentable que la mayor parte de los centros de salud del estado funcionen de lunes a viernes —»si bien les va», según dijo— y con un turno de 8:00 a 3:00 de la tarde, pues ello aumenta el riesgo para una mujer que se encuentra en trabajo de parto.
Aunque el gobierno de Manuel Velasco presume que Chiapas es la tercera entidad con más afiliados al Seguro Popular, ello como muestra de la cobertura en salud, lo cierto es que este esquema no le garantiza a sus usuarias protección contra la mortalidad materna: el Observatorio ha documentado que la mitad de las mujeres que murieron por esta causa en Chiapas contaban con Seguro Popular.
«¿Esto qué nos dice?, que el Seguro Popular no está funcionando, no está garantizando sobre todo la sobrevida de las mujeres», lamenta Argüello, quien atribuye esta situación a las deficiencias del sector Salud.
Chiapas es el estado con la mayor mortalidad materna en el país. Sólo en lo que va del año han muerto 30 mujeres por esta causa, más del 10 por ciento del total nacional.
Según datos del Sistema Nacional de Información en Salud, entre el 2002 y el 2015 en Chiapas murieron mil 152 mujeres por causas relacionadas al embarazo parto y postparto. En ese periodo, Bejucal de Ocampo registró la razón de muerte materna por cada mil nacidos vivos más alta en el año 2015, seguido de Pantepec en ese mismo año, y San Lucas en 2014.
De acuerdo con el Observatorio de Mortalidad Materna, las muertes vinculadas al embarazo, parto o postparto están estrechamente relacionadas con el índice de desarrollo humano del municipio en el que la mujer reside.
«Durante 2013, en los municipios mexicanos con el Índice de Desarrollo Humano más bajo fallecieron 143 mujeres por causas ligadas al embarazo, parto o puerperio, mientras que en las localidades más favorecidas mueren 36 mujeres por las mismas razones», indica el organismo. Durante ese año murieron 861 mujeres por esas causas.
Entre los municipios de Chiapas con la mortalidad materna más alta destacan San Cristóbal de Las Casas, Bejucal, Yajalón, Tuxtla Gutiérrez y El Porvenir.
Argüello agregó que al bajo Índice de Desarrollo Humano se suma la etnicidad. Según sus cifras, la mitad de las muertes maternas en la entidad corresponden a indígenas, a pesar de que éstas representan menos del 28 por ciento de su población.
En los municipios cuya población es indígena en más del 80 por ciento, seis de cada 10 viven en pobreza extrema. En promedio, también son 34 por ciento más pobres en comparación con un municipio no indígena y mueren 0.2 mujeres más por cada mil nacidos vivos.
La población indígena en Chiapas se concentra en la región noreste del estado. La concentración de la población en regiones alejadas de las zonas urbanas, y que la mayoría de los hospitales se ubiquen en las ciudades más grandes, como Tuxtla Gutiérrez, contribuye a que en los municipios indígenas mueran más mujeres que en sitios sin mayoría de población indígena.
Por ejemplo, la razón de muerte materna en los municipios que se encuentran dentro de un radio de un kilómetro alrededor de un hospital de segundo nivel es 0.3 muertes por cada mil nacimientos, cifra menor a la de municipios fuera del radio. Esto quiere decir que de tener hospitales en los municipios fuera del radio, los registros de muerte materna de 2015 serían menores.
Aunque la principal causa de muerte materna en el estado es la hemorragia, en todo Chiapas apenas se cuenta con dos bancos de sangre, en Tapachula y en la capital, Tuxtla Gutiérrez. San Cristóbal cuenta con un hospital especializado en la atención de partos, el cual atiende las emergencias de toda la región de los Altos, pero que no cuenta con banco de sangre y las mujeres que necesitan una transfusión deben ser trasladas al Hospital de las Culturas, que apenas tiene un puesto de sangre, con menos unidades que un banco de sangre formal.
El Comité Promotor de una Maternidad Segura y Voluntaria en Chiapas ha documentado que ocho de cada 10 de las habitantes de los Altos prefieren parir en casa, auxiliadas por una partera a la que conozcan con anticipación; la posibilidad de hacerlo es cada vez menor pues las promotoras de programas sociales como «Prospera» condicionan el apoyo oficial, a que las mujeres tengan a sus hijos en un hospital.
Jacinta es partera en una comunidad del municipio de Yajalón, en el Norte de Chiapas. Asegura que cada vez menos mujeres le piden que las ayude a parir, pues «la gente del gobierno» las presiona para que se atiendan en un nosocomio.
«El doctor en la clínica le dijo que se fuera para el hospital porque a veces los partos no salen bien», señala mientras espera que su sobrina, Sheila, «se alivie» en el Hospital General de Yajalón, en donde los ginecólogos no se dan abasto con la cantidad de mujeres que llegan a parir desde las comunidades cercanas. Mientras cuenta esta situación, Jacinta es interrumpida por una enfermera para que vaya a comprarle una medicina a su sobrina porque en el hospital no la tienen. Aunque ya estaba en trabajo de parto, Sheila tuvo que esperar por ocho horas para ser atendida por el personal del hospital.
Un empleado del Hospital General de Yajalón aseguró que en lo que va del año se han registrado dos muertes maternas —situación que no ocurría desde hace dos años— debido a que estas mujeres no fueron atendidas oportunamente porque esa unidad médica carece de suficientes recursos.
Justamente con el objetivo de mejorar la atención y reducir la mortalidad materna e infantil en la región, se construyó un Hospital General con 30 camas en Yajalón. Sin embargo, aunque fue inaugurado por el gobernador del estado, dos semanas después seguía cerrado.
El viejo hospital de Yajalón sigue en funcionamiento aunque tendría que haber sido sustituido por el nuevo Hospital General, inaugurado por el gobernador del estado y el secretario de Salud —el exrector de la UNAM, José Narro— en mayo de este año. El viejo hospital presenta problemas de saturación que resultan en una atención inadecuada para las futuras madres.
Mientras que la partera calienta la casa de una mujer que está a punto de parir para que se sienta más cómoda y relajada, facilitando el parto, en los hospitales públicos las mujeres son obligadas a acostarse en una cama fría y generalmente sin un familiar a su lado, relata por su parte Gloria Flores, coordinadora del Centro de los Derechos para la Mujer en Chiapas.
En Chiapas, las mujeres pueden contar historias muy diferentes cuando se trata de partos: depende de si estos ocurren cerca de la Casa de Gobierno, o en un hospital de la zona indígena del estado.

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