Un tuxtlachiquense con brillo propio

El médico Alberto Arriaga López nos cuenta sobre su vida, sus hobbies, sus inspiraciones y todo lo que lo llevó a ser un chiapaneco reconocido por su trayectoria y trabajo

Lucero Natarén, Marco Aquino / Aquínoticias

Originario del pueblo del pan y del chocolate, Tuxtla Chico, hijo de profesores, el mayor de dos hermanos, esposo de Sonia Patricia López Estrada y padre de tres hijos (Harim, Gael y Leonardo), emprendedor, opinólogo en medios especializados y, por supuesto, reconocido médico gineco-obstetra, Alberto Arriaga López, nos cuenta sus orígenes, su formación, su inspiración y el trabajo que lo llevó a obtener el Premio a la Excelencia Médica SISTEMED 2020.

Alberto Arriaga López es egresado de la Facultad de Medicina Humana de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), Campus II, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, un logro que, refiere, es gracias al apoyo incondicional de sus padres, el profesor Alberto Arriaga Villalobos y la profesora Rosa del Carmen López Santeliz.

«(…) Tengo tanto que agradecerles, principalmente por todo el apoyo durante los años difíciles de mi carrera en Tuxtla Gutiérrez y por darme todo lo necesario, no solo materialmente, sino en lo que respecta a valores y disciplina para ser un hombre de provecho».

Recuerda que su carácter y disciplina fue forjada por «varios jalones de oreja». Entre lo que más recuerda son las frases que lo definieron: «De mi papá he aprendido que en la vida hay que valorar dos cosas, el trabajo y la familia, siempre me ha dicho «La vida nadie la tiene comprada», también me enseñó que la mejor herencia que un padre le puede dejar a su hijo es la educación».

Por otro lado, su mamá le instruyó a ser precavido siempre y que no todo en este mundo es «miel sobre hojuelas». «Dos frases que siempre me ha repetido son: «No todo lo que brilla es oro» y «toma siempre tus precauciones, hijo»».

Aunque el ser médico fue un «trabajo en equipo» (junto a sus padres), la decisión de serlo, fue tomada por sí mismo desde la preparatoria. «Siempre desde mi infancia mi familia me inculcó la labor por el prójimo, sobre todo en situaciones precarias. A pesar de que siempre había querido ser comunicólogo y locutor de radio, al final me di cuenta de que esto, en mi caso, solo era un pasatiempo y que lo que realmente necesitaba estudiar para ayudar a los demás era una carrera que me permitiera el contacto estrecho con la gente y medicina era la mejor opción, además es una carrera brillante y siempre me ha apasionado».

El doctor no esperó a llegar a ser un profesionista para poder ayudar a otros. De hecho, desde su juventud ha satisfecho esa inquietud, la cual comparte con otros miembros de su familia. En 1999 creó la Red Juvenil Tuxtla Chico, actualmente denominada Fundación Hermanos A.C., de la cual es fundador y representante legal, misma que debe su nombre a que fue creada entre «hermanos, primos hermanos, en realidad, hermanos en causa».

Pese a que el proyecto fue pensado a nivel local, han participado en causas humanitarias como contribuir con víveres y campañas de salud y alimentación para las personas afectadas en los dos desastres naturales vividos en el país vecino de Guatemala: el terremoto de 2012 y en la erupción del Volcán de Fuego en 2018. Hoy en día, la fundación es reconocida por líderes sociales y políticos, quienes han acudido a trabajar con ellos en alianza a favor de la sociedad.

Ya como médico, tras haberse casado y haber tenido su primer hijo, comenzó su aventura profesional como médico general, acogido por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Durante este periodo laboró en lugares como Jaltenango, Tila, Motozintla, El Porvenir, Siltepec, Mapastepec, Ocosingo y Pichucalco, por mencionar algunos.

Fue ahí que observó la precariedad de estos lugares y sus necesidades. En estas regiones en su mayoría rurales, así como en toda la entidad, gran parte de la consulta son mujeres en edad reproductiva y postmenopáusicas, además de muchas pacientes embarazadas.

«Es verdaderamente alarmante la cantidad de casos que se llegan a complicar por enfermedades propias de la mujer o del embarazo, o peor aún, estas últimas que por la razón que sea, lamentablemente culminan en muerte materna. Partiendo de esto, decidí especializarme en Ginecología y Obstetricia para un día volver a mi estado y aportar lo que me corresponda en salud de la mujer».

Para lograr su objetivo de ayudar a las mujeres en sus diferentes retos, se especializó en Ginecología y Obstetricia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), egresado de la Unidad de Alta Especialidad No. 4 «Luis Castelazo Ayala», Ciudad de México, la cual considera también su «alma mater».

Durante su labor en favor de las mujeres y su lucha por reducir la mortalidad materna durante el parto, creó una innovadora técnica de sutura compresiva, misma que permite controlar las hemorragias obstétricas y evita la extirpación del útero o matriz para que las pacientes conserven su fertilidad. Tal práctica fue denominada «Técnica Arriaga»

«El objetivo de esta técnica no es contradecir las ya existentes ni mucho menos, es aportar una alternativa más al manejo de hemorragia, no obstante, considero que da un plus al mantener al útero en su posición anatómica original. Existen muchas suturas compresivas alrededor del mundo, pero con mucho orgullo puedo decir que esta técnica es 100 por ciento chiapaneca y que sin duda pienso transmitirla a las generaciones venideras».

La técnica Arriaga se ha utilizado con éxito en la región Selva de Chiapas y fue presentada oficialmente ante el Congreso Nacional COMEGO, en julio de este año. «Últimamente algunos compañeros y conocidos míos la han realizado con éxito en sus centros de trabajo. Mi intención es a mediano plazo publicar un artículo con todos estos resultados. Sé que aún falta mucho por hacer».

Aún con estos logros, el médico Alberto Arriaga continúa especializándose. Actualmente está realizando la Subespecialidad en Medicina Materno Fetal en el Instituto Nacional de Perinatología, en la Ciudad de México. «Tengo la fuerte convicción de llevar a nuestro estado alternativas para una excelente atención de nuestras mujeres chiapanecas y de la frontera sur. Para eso es necesario el sacrificio de estar lejos de la familia, de mis hijos y de los amigos. Sé que al volver a mi tierra la recompensa a todo este sacrificio se hará presente».

Otra de sus metas es poder compartir sus conocimientos tanto teóricos como prácticos. Precisamente con esa inquietud creó el proyecto SIAROG (Simposio Internacional para la Actualización de Residentes de Obstetricia y Ginecología de América Latina y el Caribe). Esta iniciativa cuenta con alcance a nueve países: Guatemala, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Perú, Venezuela, Argentina, Bolivia y México.

Tras todo lo dicho y hecho, planea volver a Chiapas y continuar trabajando, al respecto afirma: «Lo que me gustaría hacer por Tuxtla Chico en un futuro es contribuir a que más paisanos tengan la oportunidad de salir al mundo y representar con orgullo al pueblo, de igual manera, poder apoyar en cuestiones socioculturales y en salud para el bienestar de nuestra gente. En cuanto a nuestro estado, tengo la firme intención de volver a Chiapas y poner en marcha proyectos de actualización y capacitación constante para nuestras y nuestros compañeros médicos, tanto egresados como en formación, sobre todo en el campo de la Ginecoobstetricia, que es mi área».

En el mes de octubre, relata, vio materializarse uno de sus logros más significativos, el reconocimiento en su propia tierra por su trayectoria profesional y sus alcances. Recibió del Premio a la Excelencia Médica SISTEMED 2020, otorgado por parte del Sistema de Educación Continua, Delegación Chiapas, a cargo de la doctora Mercedes Cárdenas Alvarado.

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