Una catedral entre oro y resistencia

Sincretismo, saqueos y grietas: la Catedral de San Cristóbal aún narra el choque entre Roma, la Corona y los pueblos que la hicieron posible

Noé Juan Farrera Garzón / Aquínoticias

Entre fachadas amarillas y retablos dorados, la Catedral de San Cristóbal Mártir guarda un secreto tallado en piedra: el sello pontificio del Vaticano, testigo mudo de cuando un documento papal cambió para siempre el destino de esta ciudad.

En 1539, el papa Pablo III no solo elevó una humilde capilla a catedral: con su firma, convirtió a San Cristóbal en un bastión del Virreinato. La razón:

  • Juana I de Castilla ya le había otorgado el título de Ciudad Real.
  • Carlos V le dio escudo de armas.
  • Faltaba el aval eclesiástico: «Sin diócesis, no había poder completo», explica Miguel Ángel Muñoz Luna, cronista adjunto de la ciudad.

El edificio actual (siglo XVII) es un manifiesto político en piedra:

  • Sin campanario: Única en su tipo, quizá para marcar distancia de otras catedrales novohispanas.
  • Fachada amarilla: Color que simbolizaba riqueza y conexión con Roma (tono usado en privilegios pontificios).
  • Bóvedas catalanas: Técnica traída por artesanos europeos, muestra del intercambio cultural impuesto por la Corona.

En la puerta lateral, un detalle que muchos pasan por alto: el escudo papal. «No es decoración —advierte Muñoz—. Es la firma de Roma que validó esta tierra». Aquel decreto de 1539 no solo creó una diócesis:

  1. Consolidó a Fray Bartolomé de las Casas como primer obispo.
  2. Convirtió el edificio en centro de disputas entre encomenderos y defensores indígenas.
  3. Marcó el mapa religioso de Mesoamérica: de aquí salieron misiones hacia Guatemala y El Salvador.

Hoy, un Símbolo que Resiste

  • Legado vivo: Sede de procesiones que mezclan rituales indígenas y catolicismo.
  • Paradoja: Aunque construida para imponer fe, hoy es espacio de sincretismo.
  • Alerta: El saqueo de piezas coloniales y grietas en sus muros ponen en riesgo su memoria.

Voces autorizadas:
«Esta catedral no es solo piedras: es el acta de nacimiento de Chiapas como entidad política» — Dr. Alberto Álvarez, historiador de la UNAM.

Datos clave:

  • 1528: Nace como capilla de adobe.
  • 1539: Pablo III la eleva a catedral.
  • Siglo XVII: Adquiere su forma actual.
  • 2024: Sigue siendo epicentro de protestas y peregrinajes.

¿Por qué importa?
En tiempos donde se discute el rescate del patrimonio colonial, esta catedral prueba que los edificios no son solo estética: son libros de piedra que narran cómo se construyó México.

Para el visitante:

  • No busque el campanario: Su ausencia es su seña de identidad.
  • Toque el sello papal: Es el «aquí estuvo Roma» en tierra chiapaneca.
  • Observe los retablos: Detrás del oro hay historias de esclavos indígenas que los doraron.

Con información de Primer Plano Magazine

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *