Don Juan, como muchas otras personas, no puede darse el lujo de permanecer en casa. La situación sanitaria mantiene a muchas familias en sus hogares, lo cual le ha permitido vender el agua que purifica y llevar «paguita» a sus seres queridos
Ana Lizbeth Leyte / Aquínoticias
Con un sombrero para cubrirse de las altas temperaturas que actualmente se están registrando en la ciudad capital, don Juan sale todos los días a repartir agua purificada de casa en casa.
La pandemia del Covid-19 no lo detiene, pues su posición económica no le deja otra alternativa que salir todos los días a ganarse el pan de cada día, pues si no sale un día a trabajar, él y su familia se quedan sin alimentos.
Asegura que la crisis de salud y el que la ciudadanía se esté quedando en sus hogares, ha contribuido a que sus ventas vayan en aumento, por tal motivo, dejar de trabajar, para don Juan no es una opción, sobre todo en estos tiempos en que la ciudadanía, la mayor parte de los productos los pide para ser entregados a sus hogares, es decir, ve como una oportunidad la situación sanitaria actual.
«Estamos trabajando, antes que nada confío en nuestro señor… en las manos de él, porque tanto la ciudadanía quiere su agua purificada y me beneficia en unos centavitos. La gente nos tiene confianza, nos espera y tenemos que llevarle su «agüita», en el rato que trabajamos y usamos lo más necesario en cuanto a higiene»
Diariamente recorre la parte sur oriente de la ciudad capital, en donde concentra a la mayor parte de sus clientes y pide a la población, hacer caso a las autoridades y los que pueden, quedarse en casa para evitar que haya más contagios, pues él y su familia, aunque no pueden quedarse en su hogar, tratarán de cuidarse y seguir ofreciendo sus productos a la población que así lo requiera.
