Verdaderas «luchonas». Mujeres contra el cancer de mama

La batalla contra este mal lleva a algunas a sacar una fuerza interior cuando el cuerpo y el ánimo menguan

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]»[/dropcap]Cuando me lo dijeron me quedé congelada, salí del consultorio gritando como una loca. Creo que a todas nos pasa lo mismo. Al momento de recibir el sobre sabes lo que encontrarás dentro, ya te lo esperas; sin embargo, siempre guardas la esperanza de que al final tu instinto esté equivocado, pero eso no ocurre… tienes cáncer, has perdido la salud y no hay de otra, te secas las lágrimas, recoges los pedazos que quedan de ti y empiezas a luchar por tu vida», así narra su experiencia Luisa Villatoro, sobreviviente del cáncer de mama.
Para prolongar sus años de vida, Luisa se sometió a seis quimioterapias, 25 radiaciones y una mastectomía, tratamientos que le dejaron secuelas físicas y emocionales difíciles de sanar.
Con un nudo en la garganta, relata la vergüenza que le daba salir a las calles usando un turbante en la cabeza, y no se sentía así por las miradas que, disfrazadas con una amigable sonrisa, intentaban ocultar la lástima con la que en ocasiones la veían. El sentimiento era interno. El hecho de verse y sentirse diferente a la que era antes, rozar su pecho y sentir un vacío mucho más profundo del que jamás habría imaginado.
No obstante hoy es una sobreviviente al cáncer de mama, enfermedad que le fue detectada a los 54 años y que la tomó desprevenida. Aunque los estragos en su interior a veces la sorprenden, sus ganas de vivir y luchar por sus seres queridos son más fuertes.
Desde su experiencia hace un llamado a todas las mujeres a que no dejen pasar un solo día sin mirarse al espejo, conocerse y reconocerse, preguntarse por qué están aquí y sobre todo, tomarse unos minutos para autoexplorarse física y emocionalmente, «porque dejamos de enfocarnos en nosotras por hacer el bien a los demás, y cuando menos lo imaginamos nos vemos ahí, sentadas, viendo fijamente a un médico que entre dientes te dice que tu vida puede terminar en unos cuantos meses».
Luisa se ocupó al cien por ciento en el trabajo, nunca sospechó que dentro de ella estaría habitando un mal que la consumía; hoy, a sus 56 años, lamenta haberse dejado consumir por cosas superficiales, pero considera que se ha convertido en una mujer más audaz que intenta recobrar la seguridad y las fuerzas para volver a sentirse plena y feliz.
Como ella, existen en el estado mujeres que se mantienen en la lucha contra el cáncer, de acuerdo con cifras oficiales de la Secretaría de Salud, Chiapas ocupa el lugar 27 en casos de cáncer de mama a nivel nacional, de hecho, es la principal causa de muerte en las mujeres en la entidad.
Oncólogos refieren que detectar de manera oportuna al cáncer, brinda de cinco a 10 años más de vida a la paciente, sin embargo, cerca del 60 por ciento de los casos son detectados en etapa avanzada, lo que requiere de tratamientos más agresivos y costosos, ya que en ocasiones superan los 700 mil pesos.

El cáncer está en mí, y vencerlo también

De acuerdo con los especialistas de la salud, las náuseas y los vómitos son los efectos secundarios más temidos y también los más frecuentes de la quimioterapia, pueden aparecer una o dos horas después de la administración o hasta 24 horas más tarde.
Sin embargo, la pérdida de cabello -uno de los efectos que más afecta emocionalmente a las pacientes- se produce por la acción de los distintos fármacos sobre el folículo piloso provocando una destrucción del mismo. En algunas ocasiones la pérdida es generalizada; es decir, se presenta en el cuero cabelludo, axilas, brazos, piernas, cejas y pestañas.
«El médico me dijo que debía iniciar de inmediato con el tratamiento, luego de algunas semanas se me quitó el apetito, tenía vómito, insomnio y diarrea; se me cayeron el cabello, las pestañas, las uñas». Luisa hace una pausa, respira profundo e intenta continuar, pero el recuerdo de cómo inició el proceso del cambio físico aún la lastima. Tras unos segundos, continúa.
«Poco a poco fui superando los efectos, al principio duele y duele mucho, nunca te acostumbras, hasta la fecha me veo al espejo y no soy la misma, pero intento ser positiva; saber que esto pronto terminará me da ánimos».
Luisa intentó usar pelucas cuando perdió por completo su cabellera; sin embargo, las condiciones del clima en la capital se lo impidieron, por lo que recurrió a los turbantes y fue así como familiares y amigos la vieron durante estos dos años.
Pero aún hay una brecha mucho más profunda que se genera en los pacientes con cáncer: el estado emocional. La psicología clínica la describe como «shock», un impacto que se genera con solo escuchar la palabra cáncer. En los pacientes, produce intensos estados en los que intervienen sentimientos incontrolables, toda clase de miedos y un sinnúmero de preguntas.
«A pesar de todo nunca me pregunté «¿por qué a mí?, pensar así es egoísta, a pesar del dolor tienes que afrontarlo, no hay nada que no se pueda superar en este mundo, me tocó a mí, sí, pero no puedo perder el tiempo buscando preguntas sin respuestas, el cáncer está en mí y vencerlo también».

Mujeres inspiradoras

Tomando en cuenta el duro proceso por el que atraviesan las mujeres que padecen algún tipo de cáncer, la maquillista Eloísa Gómez, puso en marcha la campaña «Mujeres Inspiradoras», se trata de buscar 55 mujeres chiapanecas que no se hayan dejado vencer por este padecimiento para realizarles la técnica de micropigmentación pelo a pelo.
A la fecha, son nueve las mujeres que han vivido la experiencia; entre ellas Luisa, quien asegura sentirse feliz por los resultados; «me vi al espejo y no pude evitar llorar. Nadie se imagina todo lo que atraviesas, lo que el cáncer te quita y ver tu rostro y ver tus cejas nuevamente es un sentimiento que no puedo describir con palabras».
Lo que inició como un trabajo casual para la reconocida maquillista, hoy se ha convertido en una búsqueda incansable de mujeres que merezcan un cambio físico para recuperar la estabilidad emocional que quizás han perdido.
«A finales del año pasado tuve la oportunidad de trabajar con una persona que venció el cáncer, vino conmigo a hacerse las cejas y me pareció una cosa muy interesante, tengo clientas que se quedan muy contentas con los resultados de mi trabajo pero el efecto en ella fue especial, completamente diferente», explica.
Eloisa notó algo especial en el rostro de aquella mujer que después de un proceso tan fuerte como el cáncer de mama, recobró la seguridad y su sonrisa volvió.
«Sé que mi trabajo como maquillista muchas veces puede parecer algo muy superficial, pero de verdad, hay historias que me han marcado, que me han dejado una satisfacción muy grande al irme a casa y saber que el día ha valido la pena.»
Cabe mencionar que para poder formar parte de la campaña, es necesario que las pacientes acudan a su médico, pues al tratarse de un tratamiento tan agresivo como lo es la quimioterapia el cuerpo es más vulnerable a adquirir un proceso infeccioso.
La campaña no tiene una fecha límite, y Eloísa asegura estar dispuesta a aumentar la cifra de encontrar a más de 55 mujeres inspiradoras.

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