Entre aguas de drenaje, viviendas colapsadas y calles sin pavimentación o deshechas, la colonia 6 de junio aún presenta vida, pero ésta se encuentra en peligro constante
Ana Liz Leyte / Aquínoticias
Construir un hogar en una zona de riesgo es para muchos, la única forma de tener un espacio dónde vivir.
En Tuxtla Gutiérrez, en el atlas de riesgo elaborado por la Secretaría de Protección Civil, señala que la mayor zona de riesgo es la ladera sur, lugar donde habitan miles de familias en colonias como Lomas del Oriente, El Encanto, La Azteca o la colonia 6 de Junio, en esta última, incluso, autoridades tuvieron que reubicar a habitantes por el deslizamiento de suelo, lo que causó pérdida total de sus viviendas
«No tenemos a dónde irnos, estamos aquí, no tenemos un lugar específico y ahorita rentar una casita no tenemos, somos de bajos recursos», dijo Felipa de Jesús Clemente López, habitante de esta colonia.
La necesidad, falta de oportunidades y la pobreza ha orillado a cientos de familias a vivir en lo que visiblemente es una zona de riesgo. Entre aguas de drenaje, viviendas colapsadas y calles sin pavimentación o deshechas, la colonia 6 de junio aún presenta vida, pero ésta se encuentra en peligro constante.
«La calle se está derrumbando y no podemos salir, nos cuesta salir, aquí nos perjudica el agua que entra en mi casa y en la de mi mamá, se nos hunde la casa», explicó la señora Felipa.
Les cobraron por reubicarlos
Esta colonia se construyó hace más de 30 años, sin embargo, al ser una zona inestable y al registrarse los primeros deslizamientos, las familias fueron reubicadas al ejido El Jobo, sin embargo, a la familia Aguilar Gutiérrez y a muchas otras, nunca se les reasignó una vivienda ya que a cambio les pedían más de 10 mil pesos, recurso con el que no contaban y motivo por el cual, hasta la fecha los obliga a vivir en la zozobra.
«Sí me ofrecieron, pero lo negociaron y yo no supe nada… negociaron, los vendieron por 10 mil cada casa, pero directamente autoridades, sino un tal Rufino se llama… yo no alcancé terreno», explicó el señor Guadalupe Gutiérrez Torres, un adulto mayor que junto a su esposa hace 30 años llegaron a vivir a esta colonia y hoy en día continúan en ella, a un costado de un arroyo donde se arrojan aguas de drenaje.
Administraciones municipales y estatales van y vienen, pero para estas familias sólo llegan promesas que nunca son cumplidas, incluso, les aseguran que pavimentarán, instalarán tuberías de drenaje y más, a cambio de su voto, pero la realidad, es que especialistas han señalado que esta zona es inhabitable y esto se comprueba a simple vista y empeora en temporada de lluvias.