¿Ya están escribiendo sus planes? / Eduardo Torres Alonso

Desde hace semanas, sabemos quiénes desean ocupar la silla del águila. No nos sorprende, pues, fue el mismo Presidente de la República quien empezó la carrera por la candidatura y alentó a miembros de su partido a moverse. Con alguna reserva, y en medio de procesos de alianza y ruptura, los partidos más importantes de la oposición han iniciado sus propios procesos para definir la ruta para decidir quién será la persona que será nominada como candidata. Hasta ahora, hemos visto mercadotecnia pura y llana, vacía, de un color o de otro.

Las ideas son necesarias, imprescindibles. Las mujeres y los hombres que desean ser, primero, candidatos, y si el voto popular le beneficia a alguno y ocupara el Palacio Nacional, requieren de un plan de gobierno. Formalmente, se llama Plan Nacional de Desarrollo (PND), en él se plasman los objetivos y estrategias gubernamentales para el periodo de mandato. Dicho plan es el corolario del sistema de planeación democrática establecido para recoger las opiniones, observaciones y sugerencias de los distintos sectores de la población. La Constitución mandata que los programas de la administración pública federal se sujeten obligatoriamente al PND. Nada menos. Esto tiene una finalidad: que toda acción del poder público sea coherente, coordinada y contribuya a satisfacer objetivos de mayor alcance.

En efecto, la integración del referido plan inicia, en sentido estricto, una vez que se ha rendido la protesta ante las autoridades correspondientes. No obstante, si desde meses atrás un número significado de personas ha expresado su interés en participar en la elección presidencial de 2024, bien harían en compartir algunas propuestas e iniciativas que pondrían en marcha en el caso de ser candidatas o candidatos y de ganar la elección. Por supuesto, observando la legislación electoral para evitar una precampaña adelantada, aunque, ¿quién no sabe que están haciendo (pre)campaña?

En los mítines políticos disfrazados de conferencias, en las cada vez más numerosas bardas con hashtags, y en los espectaculares y anuncios con diálogos fingidos; en fin, en los mensajes en los medios de comunicación tradicionales y en las plataformas digitales, sólo hay frases hechas, incluso, repetición de palabras pronunciadas por el Presidente, como si eso fuera suficiente para convencer. Esta última acción es compleja, se necesitan razones y explicaciones, propuestas racionales y viables, sentido de responsabilidad y mesura. No ofrecer puentes en donde ni siquiera hay ríos.

Supongo que todos o, al menos, la mayoría de quienes han alzado la mano para participar en el 2024 están ya elaborando, junto con sus equipos de trabajo, sus propuestas de campaña que podrían devenir en el plan de gobierno, para que no les agarren las prisas.

Hay tiempo, mucho, para que presenten a la sociedad ideas elaboradas, técnicamente viables y políticamente responsables. Si la ciudadanía atestigua una campaña de tiktoks, fotos y slogans y nada de planteamientos medianamente elaborados, bien puede declararse en huelga. ¡Pienso, luego voto!

México ya ha tenido gobernantes de set televisivo, se requieren estadistas con capacidad resolutiva y de planeación.

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