Al Son del texto / Tina Rodriguez

Foto: Animal Polí­tico

No sorprendió que los cuerpos de cuatro jóvenes secuestrados en Veracruz sin aparente motivo, aparecieran sin vida en la entidad dónde vi por primera vez la luz.
La antes hospitalaria entidad es de las más inseguras de la nación y sobre eso aparece un gobierno irresponsable que de salida, parece ya desentenderse de todo aun pese sobre su gobernante todo tipo de acusaciones, testimonio del cómo a veces en los partidos eligen a los menos indicados a capricho de padrinos y cotos de poder.
En la antes zona tranquila del Papaloapan, la desaparición de personas, la aparición de cadáveres, las fosas clandestinas y la gran cantidad de ilícitos que se cometen, son cosa ya común, aunado a el tráfico de seres humanos cercano a Tuxtepec, en Oaxaca, hoy la segunda ciudad en importancia de ese estado vecino y colindante con una región cañera antes, repito, tranquila.
Hay cosas muy oscuras en Veracruz, desde la aparición de los llamados Zetas o el famoso cartel del golfo, pero también está lo público, que es lo que la opinión de la ciudadanía comenta sobre la administración estatal que termina el próximo 30 de noviembre, y desde luego comprende la omisión de las autoridades que parecieran ya no hacerse responsable de nada.
Al gobernador Javier Duarte de Ochoa, se le ha implicado en todo tipo de delitos relacionados con el enriquecimiento, desvío de recursos o favorecer a familiares y amigos con los contratos de gobierno, la situación de violencia e inseguridad.
Desaparición de personas y la aparición de estas generalmente muertas. Ahora sí que «la muerte tiene permiso» y es una zozobra tremenda entre las familias salir a cualquier hora en especial en colonias de alto riesgo, sea en el puerto, la capital del estado o Coatzacoalcos, por citar tres ciudades de alta violencia.
En Veracruz todo sucede; nada se soluciona.
Obviamente la entidad ya no es el semillero de votos para el PRI; hablamos de la tercera electoral en todo el país, que daba el gane en las presidenciales. No se espera que eso cambie en dos años y menos que los va a gobernar el PAN con Miguel Angel Yunes como gobernador, y quien se encargará de hacer lo necesario para posicionar a su partido aun más luego del desprestigio tremendo generado por Duarte de Ochoa.
Es más, los antiguos seguidores y apoyos del PRI, esa escala corporativista, dejaron solo al partido y desde luego al gobernador, que no se molesta en explicar en dónde está el dinero.
La otra es que nadie confía en sus autoridades policíacas, donde se destapa un escándalo tras otro y la desaparición de jóvenes se multiplica y son desaparecidos en grupos como pasó también en Córdoba.
Veracruz es la inseguridad, es una entidad de varios puertos y aeropuertos, como pocos en el país, en que las inversiones llegaban al por mayor y que se redujeron significativamente en cuatro años del gobierno de Duarte.
Es increíble como un gobernante puede terminar con el prestigio de una entidad, con la fama de destino turístico, de inversiones.
Permitir que sea zona de alerta y de inseguridad para los gobernados que votaron por él.
Ya no es Veracruz tan bello para los visitantes, si es que llegan.

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