Comentando la noticia / Alfonso Carbonell Chavez

La gallina o el huevo

Déjenme les comente sobre la eterna disyuntiva que el gobierno mexicano se ha planteado desde tiempo ha, sobre de qué, en una sociedad con hambre y falta de educación ¡formal claro no me refiero a los peladitos ilustrados!, la letra no entra. Es decir, después del México post revolucionario, dos grandes y principales carencias agobiaban al pueblo. Sí ese pueblo cuya masa informe solo se contaba y servía a los gobiernos en turno y no generalizo (bueno y sí), para justificar grandes sumas en los presupuestos para, decían, sacarlos de su ignorancia y hambruna. Así por allá en los años 50″s y 60″s denominados como los del desarrollo estabilizador logrando epítetos de los economistas como el del «Milagro Mexicano», se planteaban sí el tema educativo como la clave para sacar al país del subdesarrollo o si acaso, había que alimentarlo primero. Así el dilema de qué era primero si la gallina o el huevo, se escuchaba más constante de lo que usted hoy se pueda imaginar. Muchos sostenían que no era posible educar a un grueso de población si antes no se les proporcionaban los mínimos alimentarios para poder retener los conocimientos dados en las aulas.
Y sí créanmelo se volvió todo un debate nacional a la hora de definir los presupuestos de la federación. Yo recuerdo que cursando la primaria en los ya lejanos tiempos en que gobernaba el país Adolfo López Mateos, dos acciones que marcaron a ese gobierno fueron, por un lado y trascendente hasta nuestros días, la dotación de libros de texto gratuito a los estudiantes de educación básica; y por otro, el programa de desayunos escolares. Así, era entendible, ambos aspectos del dilema planteado se resolvían, en parte claro. Y cuando medio siglo después uno escucha el recitar de cifras pavorosas de millones de mexicanos en condiciones de hambre que rozan los 7,5 millones y por otro, que nuestro país dentro del «rankin» de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) ocupa los nada honrosos últimos lugares en educación, surgen inmediatamente más respuestas que incógnitas del por qué estamos como estamos. Me queda claro. Y no voy a abordar aquí el tema magisterial sobre de si tienen o no razón aquellos que se oponen a la reforma Educativa, sería insustancial. Lo que sí es menester preguntarnos, es sobre qué es lo que pasó y exactamente, cuál fue el punto de quiebre para que ni el huevo ni la gallina importarán para el desarrollo del país. Más pelado; para que poco más de 53 millones estemos engrosando las estadísticas de pobreza y decía ya, más de siete millones en condiciones de hambre. Miles de millones de pesos se han destinado al tema educativo de los cuáles, es explicable, vayan con destino al pago de las y los maestros. Entonces se insiste; ¿qué nos pasó, en dónde quedaron tan ambiciosos proyectos de igualdad de posibilidades y oportunidades que provocaría educar a los mexicanos sí, quienes niños y niñas venidos de la generación del desarrollo estabilizador del tan publicitado milagro mexicano, hoy siguen esperando mejores condiciones de bienestar para sus hijos y los hijos de sus hijos? ¡Respóndaselo! Usted como yo lo sabe. Lo sabemos todos.
Pero no se equivoquen quienes hoy administran las arcas del gobierno municipales, estatales o presidencial; hoy el hambre alimentaria transmuta al de sed de justicia. Insisto ¡no se equivoquen! El huevo y la gallina y su incógnita filosófica sobre de quién fue primero, se los digo, ya está superada. Nos queda claro que la clase gobernante y la insondable clase empresarial se siguen comiendo la gallina y los huevos. Que la educación lejos de haberse convertido en el recurso de alivio y generador de bienestar que se dice procurar, en manos de quienes están y no excluyo al magisterio rapaz, se ha convertido en pieza ideológica que concluye arengando de «que el pueblo unido jamás será vencido, de que Zapata vive la lucha sigue» o, mientras no encuentren otras motivaciones; «vivos se los llevaron vivos los queremos». Qué más quisiéramos.
Precisamente ayer mismo en la editorial del Diario Contrapoder, hoy mi casa editorial, recogía algunos datos de las multimillonarias inversiones que para el tema educativo se han destinado para Chiapas desde los aciagos años del movimiento Zapatista, sobre lo cual solo puedo derivar sin contravenir lo expuesto, que es cierto el tema de mejor calidad educativa y sus previsibles efectos hayan tenido para la entidad una correlación armoniosa entre más inversión mejor educación. Ni al caso. El asunto es más claro de lo que podemos dilucidar a través de la lectura de cifras y proyectos educativos; es la depredación de esos miles de millones de pesos ejercidos en Chiapas que restando los que van directo a la nómina del magisterio que son la mayoría, el ejercicio cómplice entre autoridades y sindicatos como es acá la sección siete y la 40, le han dado en el corazón mismo del cuerpo social de Chiapas; sus niños y sus jóvenes. Pero en fin, como dijo el general Mc Arthur en la Segunda Guerra Mundial en su primer intento contra los japoneses, fallido claro; «I will come back», regresaré con el tema educativo en otra entrega próxima. Por lo pronto y si en algo ilustra lo comentado en el cuerpo de texto anterior (dice mi compa Reneque), aquí les comparto el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación respecto a la Ley de educación de Chiapas:
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) inválido 11 artículos de la Ley de Educación en los estados de Chiapas y 19 en Morelos, que normaban el Servicio Profesional Docente, por ser facultad exclusiva de la Federación. Durante la sesión pública de este martes, el pleno resolvió declarar inválidos por extensión, diversas porciones de los preceptos 2, 11, 13 y 19 de la Ley de Educación del estado de Chiapas, relacionadas con la evaluación docente. En la sesión del pasado jueves el pleno declaró inválidos constitucionalmente los artículos 14, 15, 17, 10, 25 y 26, así como el Artículo tercero transitorio del decreto por el que se reformó dicha ley, y este día extendió la invalidez a los artículos señalados inicialmente.

Ya de salida

Ayer entrevisté en el programa de radio Me queda claro, al Consejero Ciudadano Miguel González Alonso del IAIP (Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos) de Chiapas, en principio para hablar, precisamente del tema de transparencia y del Convenio firmado entre esta instancia pública y el Ayuntamiento capitalino que preside Fernando Castellanos Cal y Mayor, que se convierte así en el primer municipio que signa un convenio tal. Esperemos que el ejemplo cunda. El también decano periodista, hizo referencia a que el joven alcalde fue más allá al plantear no solo el conocido ahora claro, tres de tres que obliga a la presentación por parte de los funcionarios públicos, de su declaración patrimonial, la fiscal y la de conflicto de intereses, sino además sean sujetos al control de confianza con polígrafo y toda la cosa. ¡Bien!, aunque solo hoy esté en el discurso y la intención. Veremos luego…// Pero volviendo a la entrevista, el Consejero González Alonso fue más allá cuando propone que las sesiones del Consejo General del propio Instituto, se ventile a puertas abiertas incluso se transmita en vivo por internet. Concluyo, en un acto de transparencia que más parece harakiri del Miguelón, dice no estar de acuerdo con el presupuesto 2016 propuesto por la Consejera presidenta Ana Elisa López Coello, primero; porque no se siguieron los protocolos es decir las normas internas del propio IAIP, cuando lo señalan que él está de acuerdo cuando ni estuvo, ni firmó y es más, nunca se realizó tal Consejo General. Dice no estar de acuerdo porque el incremento planteado, por ejemplo en sueldos de los propios consejeros (tres) dice ser ¡casi del 59 por ciento! Las condiciones del estado y país no están como para darnos esos aumentos dice el consejero. Y sobre de éste grosero aumento (esto lo digo yo) la presidenta Elisa se iría lisa con un 15% ¡más!, adicional a ese 59%. En fin una página de opacidad puede estarce escribiendo hoy mismo en la casa de la transparencia. Y como dice Miguel González Alonso: «lo advertido, advertido está»…// Me queda claro. Salu2

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