En la Mira / Hector Estrada

Las peligrosas políticas de intolerancia

El descarado ataque cibernético a los medios de comunicación alternativos, las páginas web de candidatos opositores y las cuentas personales en redes sociales de periodistas en Chiapas no debe provocar menos que encender las alarmas de alerta sobre lo que se proyecta como una evidente política de censura e intolerancia a la crítica. Y eso no debe tomarse a la ligera.
El reciente proceso electoral en Chiapas no sólo dejó ver la peor cara de la corrupción electoral en la entidad, también demostró la madera podrida de la que están hechos algunos de los que hoy diseñan las estrategias de medios para los candidatos oficiales.
El caso de Tuxtla Gutiérrez y su controversia post electoral es uno de los ejemplos más claros de lo antes mencionado. Aquí las redes sociales como medios alternativos han jugado un papel estratégico en percepción pública y la difusión de la información. Los medios convencionales simplemente han quedado rebasados.
Aquí las estrategias más importantes parecen haberse volcado al internet y las redes sociales, donde de la noche a la mañana se crearon medios de información y desinformación, espacios de debate y difamación pura. Pero sobre todo, han permitido el ejercicio de crítica profesional que gran parte de los medios convencionales habían sepultado.
Es justo ahí donde las alarmas se han encendido con mayor fuerza, donde las estrategias de reprensión han mostrado sus lados menos tolerantes. Así y ante la vista de todos, los ataques a los críticos y sus medios alternativos de comunicación han estado a la orden del día, de manera evidente.
Se ha lanzado una ofensiva contra páginas web, cuentas de Facebook, Twitter y correos electrónicos de quienes se han atrevido a criticar u oponerse al candidato oficial. De todo eso me consta con la experiencia propia. Pero es una situación que no debe minimizarse o abordarse como hechos aislados.
Las estrategias de ataque y censura en redes sociales hablan de políticas de comunicación anómalas que no deberían enorgullecer a ningún candidato electo. Han demostrado haber fallado y ser contraproducentes para quien ha hecho uso de ellas, con una ciudadanía aún más enfurecida y la imagen de un candidato oficial más desacreditada.
Este mismo miércoles, algunos portales alternativos se atrevieron a vincular a dueños de medios impresos y asesores de Fernando Castellanos con la operación de portal «Noticias Minuto a Minuto», caracterizado por servir como medio ataque y difamación a sus opositores. Pero, además, abrieron la posibilidad de que quienes operan ese lamentable medio podrían encabezar la Coordinación de Comunicación Social sí Castellano Cal y Mayor asume la alcaldía.
La sola posibilidad de que se empodere a quienes hasta hoy han encabezado una estrategia de reprensión y confrontación con medios alternativos debería ser inadmisible. Fernando Castellanos debe entender que ese tipo de estrategias sólo lo perjudican y le dificultan el camino hacia una posible administración municipal, que todavía está en manos de los tribunales.
Quien asuma la Presidencia Municipal de Tuxtla Gutiérrez deberá comprender que las políticas de comunicación no pueden estar enfocadas a la censura, la confrontación o el ataque frontal contra quienes lo critican. Por su bien y por la propia capital chiapaneca el camino siempre deberá ser siempre el del respeto, el diálogo y la apertura a todas las ideas.

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