Palabras Claras / Silvano Bautista Ibarias

Chenalhó; el infierno que podría venir

Para nadie es un secreto que Chenalhó, al igual que muchos municipios indígenas, vive inmerso en un añejo escenario de conflictos de índole político, social y económico y que tiene que ver con cuestiones de carácter antropológico según la cosmovisión de los pueblos indígenas; que se agudiza por la impunidad de actores promotores de cacicazgos que han controlado la política local y por lo tanto, la paz para ese municipio pasa por la aplicación la ley.
Las primeras consecuencias de Chenalhó ya están a la vista. Los elementos de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana fueron corridos por habitantes del municipio quienes advirtieron que no permitirán la toma de protesta de Rosa Pérez Pérez como alcaldesa.
Desde temprana hora de este jueves, en el barrio Lázaro Cárdenas, de ese municipio se dieron cita un grupo de aproximadamente 100 agentes de barrios y representantes de comunidades en donde analizaron la problemática en cuestión.
En este encuentro en donde estuvo presente Miguel Santis Álvarez, presidente municipal de Chenalhó, se tomó como principal punto de acuerdo no permitir el ingreso al municipio de Rosa Pérez Pérez y mucho menos su toma de protesta como alcaldesa. De igual forma, acordaron nombrar una comisión para que este viernes o en las próximas horas se trasladen a la capital chiapaneca para notificar al Congreso del Estado y a autoridades de Palacio de Gobierno de la postura de las autoridades tradicionales respecto a este tema.
Al término de la reunión, pasadas las 16:00 horas, un grupo de 200 habitantes se trasladaron a la plaza central de Chenalhó en donde «invitaron» a los elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana a que se retirarán del lugar.
Quizá esté por demás decir, y suene hasta trillado, pero hay que recordar que Chenalhó fue escenario de uno de los peores sucesos que se tenga memoria en México como es la matanza de Acteal el 22 de diciembre de 1997 cuando fueron masacrados 45 zotziles (entre quienes había incluso niños y mujeres embarazadas).
Ello valió varias cabezas: un secretario de gobernación, un gobernador, un procurador, un secretario de seguridad pública, entre otros funcionarios.
Ante esta situación, organismos como la Red Chiapas por la Paridad Efectiva, organismo dedicado a la defensa de los derechos políticos de las mujeres, y que ha acompañado a la alcaldesa Rosa Pérez Pérez en su lucha jurídica, manifiesta su preocupación sobre la frágil situación de seguridad en ese municipio indígena y no es ajena al reto monumental que implica el retorno de Rosa Pérez al cargo que le fue arrebatado mediante coacción y acciones infames de violencia.
Hoy el Ejecutivo estatal tiene una doble responsabilidad, pues el contexto actual coloca a Rosa Pérez en una situación de alto riesgo y es responsabilidad de las distintas instituciones de gobierno, garantizar la integridad física y moral de la Presidenta, de su familia y de sus colaboradores.
El gobierno del estado de Chiapas tiene en sus manos una oportunidad histórica de allanar el camino para que la primera mujer electa democráticamente en el municipio indígena de San Pedro Chenalhó, concluya su mandato sin traspiés.
Por eso ahora, el Ejecutivo del estado tiene la oportunidad de contribuir a la gobernabilidad de Chenalhó, lo que significará un gran avance dada la descomposición política y social del estado y poner orden en ese municipio, salvo que quiera desatar otro infierno en ese municipio y correr los mismos riesgos que Julio Cesar Ruiz Ferro.

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