2024, un año crítico para el clima / Claudia Corichi

Como se ven las cosas, este año será muy complicado para abastecer de agua a la Ciudad de México. Las tres presas que conforman el sistema Cutzamala están ahora a 40% de su capacidad contra el 77% que deberían almacenar al inicio de cada año. Debe recordarse que el verano pasado, en los meses más calurosos, Monterrey padeció una gravísima escasez de agua que obligó a construir una obra para resolver la emergencia. No obstante, la crisis hídrica es un asunto más profundo.

La Conagua ha advertido que el Sistema continúa agotándose por lo que el suministro de agua al Valle de México se viene racionando. Las autoridades de la capital informan que la dotación se mantiene sin cambios, sin embargo las quejas de vecinos no paran de aumentar, aunque las exigencias ya no se circunscriben a zonas sin infraestructura hidráulica apropiada, ahora se han ampliado a alcaldías del poniente cuyos habitantes reclaman la suspensión del servicio sin previo aviso.

Junio de 2023 fue el mes más caluroso en la Ciudad de México desde que se tienen registros. Un fenómeno atípico mantuvo en 30 grados en promedio la temperatura en la urbe con niveles de lluvia por debajo de lo proyectado. Un ambiente similar llevaría al colapso del Cutzamala que suministra el 29% del líquido, así de grave.

El fenómeno de El Niño que se caracteriza por un incremento de las temperaturas en la superficie del océano Pacífico genera condiciones meteorológicas atípicas, lo que intensificará aún más el calor durante el primer semestre de 2024, por lo menos. América del Sur que ahora está en verano o época estival registra temperaturas récord; la última semana de enero en Chile se registraron 36.7 grados centígrados que es la tercera temperatura más alta registrada en 112 años. La Patagonia argentina promedia más de 40 grados y varios Departamentos de Colombia se mantienen en alerta, lo mismo que regiones de Brasil.

Chile es castigado por 90 incendios forestales que han dejado más de un centenar de personas fallecidas, una circunstancia que se repite en Colombia. Mientras tanto el sur de California está padeciendo inundaciones que “amenazan la vida” según las autoridades, y en España se registran temperaturas de 30 grados en varias localidades, un dato insólito para estas fechas.

El desorden climático trastoca severamente también a la economía como ocurre ahora con el Canal de Panamá que ha disminuido el tráfico de buques debido a su bajo nivel de agua, o como sucedió en Acapulco después del azote de Otis que hizo estragos en el entorno y en la actividad turística.

Ante la evidencia, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático sostiene que cada año parece estar siendo más cálido que el anterior con eventos extremos, temperaturas desproporcionadas e intensas precipitaciones. La comunidad científica no tiene dudas en que la deforestación, además de la emisión de gases de efecto invernadero, resulta un acicate que explica estas realidades.

En México cada periodo atestiguamos un comportamiento cíclico: sequía, lluvias atípicas, incendios forestales y olas de calor. Es deseable contar con un plan de prevención integral que contribuya a aminorar las consecuencias y los daños generados por el calentamiento global. El compromiso gubernamental del país y de todos los países, el compromiso individual, no puede esperar. Los estragos de la indiferencia (o de la incredulidad), apenas comienzan.

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