A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

El enojo de los médicos mexicanos con los cubanos

Nuestro país ha sido históricamente generoso y solidario con el pueblo cubano. En algún momento -con las crisis de los misiles- representó una sería amenaza contra los Estados Unidos pero México los ha tratado solidariamente con todo y que tiene que cuidar sus propios intereses. De aquí partió en 1956, el famoso barco «El Granma», con Fidel y el Che Guevara para iniciar la revolución.

Quizás el momento más desafortunado fue el desaguisado que tuvo Castro con Vicente Fox, al revelar el primero una conversación telefónica, aquella de la del «comes y te vas». Durante un tiempo México proveyó de petróleo a la isla caribeña hasta que el régimen chavista entró al quite. Hemos sido receptivos durante años con miles de migrantes que abandonaron su patria y ahora tienen nacionalidad y residencia en México. La relación entre nuestros pueblos ha sido más fuerte que la de nuestros gobiernos. De eso no hay duda.

Ahora en plena crisis del coronavirus, médicos y especialistas mexicanos han hecho pública una carta dirigida al presidente López Obrador mostrando su indignación por el trato diferenciado que se da los 590 médicos cubanos que presuntamente vinieron a apoyar a nuestro país. Resulta que el apoyo no es gratuito. Se ha autorizado un presupuesto por arriba del seis millones de dólares, unos 135 millones de pesos, para sufragar su gastos. A decir de los quejosos se hospedan en los mejores hoteles de los disponibles para aislar a los médicos del contacto familiar cuando ellos no corren con ese riesgo. Tampoco se trata de especialistas, sino de médicos generales y dicen que no cumplen con las arduas jornadas a las que se someten los médicos, enfermeros y enfermeras mexicanas que devegan un menor salario en nuestras instituciones.

El cuento tiene que ver con la estrategia que sigue el gobierno de Cuba propagando como un logró de la revolución el contar con médicos preparados. Tal vez si lo estén pero en su país son depreciados. Sobreviven como médicos comunitarios en condiciones muy precarias y tampoco tienen acceso a los equipos y avances científicos y tecnológicos de países desarrollados. Al parecer el generoso salario que se les proporciona -no es gratis su apoyo ni subvencionado- va a parar a las arcas del gobierno cubano. Tambien los mandaron a Italia y los recibieron como héroes. Bolsonaro los despacho desde que llegó al gobierno de Brasil y desde ese entonces Lázaro Cárdenas, como asesor de la presidencia, quería traerlos a México como lo hizo cuando fue gobernador de Michoacan. Ahora están en nuestro país. Otra rayita más al tigre. El coronavirus les cayó como anillo al dedo.

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