A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

Elefante blanco

Como si todos estuviéramos en vilo esperando noticias sobre los avances de las megaobras del presidente; realizaron con toda la pompa, la presunta puesta en marcha del aeropuerto «internacional» de Santa Lucia. Mientras los turiferarios del régimen, aplaudían en nado sincronizado la gran gesta de la 4t.

El milusos del régimen, Marcelo Ebrard, presumió en sus redes sociales que tres vuelos «comerciales», el primero de Viva Aerobus, habrían aterrizado en la pista de Santa Lucia, todos ellos vacíos. Por su parte el presidente abordó un avión militar en el que lo acompañaron parte de su gabinete y los presidentes de los poderes judicial y legislativo. Trascendieron fotografías de la torre de control y el hangar donde se llevó a cabo el acto protocolario con todos los honores.  Se trató en pocas palabras de un auténtico simulacro como todo lo que hace este gobierno.

Las redes sociales se dieron vuelo comparando el cancelado proyecto del NAIM en Texcoco con el tremendo galerón que todos pudimos apreciar en las fotos del evento. Obvio es que no se trata de la terminal aérea y por eso no es entendible que se hayan apresurado a abrirlo cuando la aviación comercial pasa por la peor crisis de su historia. Las dos grandes aerolíneas Aeromexico e Interjet enfrentan procesos de posible bancarrota y afrontan protestas de sus trabajadores a los que no se han cubierto varios meses de salario.

El aeropuerto de la Ciudad de México registra números de pasajeros equivalentes al 2003, menos de la mitad de los 45 millones que llegó a tener a finales del 2018 y en los que México se llegó a rankear como el 7º destino turístico del mundo. Por su parte el gobierno de Canadá suspendió todos los vuelos a México estableciendo un cerco sanitario. Los Estados Unidos exigen ahora que, en los vuelos con pasajeros procedentes de México, se realicen previamente una prueba de Covid y además pernocten dos días en hoteles asignados previamente en condición de aislamiento y con cargo al pasajero.

Por eso es que no se entienden las fanfarrias y los festejos cuando no hay que celebrar. Lo que nos tiene a los mexicanos con el alma en un hilo, es el temor por la propagación totalmente fuera de control del virus que ya cobró oficialmente más de 170 mil vidas y que según otras fuentes confiables se estiman en más del doble. Se trata pues, de una inversión innecesaria en este momento, un elefante blanco, cuando existe la prioridad de salvar vidas.

Las industrias turística y aeronáutica, tardaran en recuperarse. Y por si fuera poco, el presunto aeropuerto de Santa Lucia, no contará con el aval técnico de los tres organismos internacionales, el MITRE, la OACI y el MIT, lo cual limitará su capacidad de operación y la participación de las aerolíneas más importantes del mundo. Es esa la triste historia de un fracaso anunciado y lo que será el legado de un gobierno inepto, ineficiente y demagogo.

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