A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

Chile en la encrucijada

Los chilenos decidirán el próximo 19 de diciembre el futuro de su país. Elegirán en una segunda vuelta electoral al futuro presidente de ese país entre dos propuestas diametralmente opuestas. Una que encabeza Gabriel Boric, un dirigente estudiantil propuesto por un frente abiertamente comunista y otra que representa Jose Antonio Kast un candidato liberal con ideas conservadoras, pero afín a un modelo que favorece al libre mercado. En la primera vuelta electoral quedaron en el camino cinco candidatos, uno de ellos con casi un millón de votos a pesar de que, por un pleito legal, realizó su campaña en redes sociales desde Alabama en los Estados Unidos.

 Primera vuelta

Ambos candidatos punteros se disputan ahora el apoyo que pudieran representar los candidatos eliminados cuyas propuestas son más moderadas y representan el 50% mas 1 que necesitan para ganar.  La suma de votos entre los candidatos de la segunda vuelta apenas alcanza el 53% de la votación. Kast ganó con el 27.91% de los votos y Boric con el 25.83%.

Como ya es costumbra desde la izquierda se ha pretendido estigmatizar al candidato José Antonio Kast que llaman de ultraderecha acusándolo de pinochetista, para espantar a los electoreros con el fantasma de la dictadura. Al mismo tiempo el comunista Boric, se niega a criticar a los gobiernos dictatoriales de izquierda en Venezuela, Cuba o Nicaragua.

No hay dictaduras buenas

Como afirmó en una entrevista el escritor Mario Vargas Llosa, no hay dictaduras buenas, ni dictaduras malas. Las libertades que solo puede garantizar una democracia no tienen precio y esto en clara referencia al gobierno del general Pinochet que llegó al poder mediante un golpe de estado. Y es que, aunque se trate de dictaduras, ya sea la de Castro o la Pinochet, hay un elemento claramente diferenciador. Con Pinochet Chile llegó a tener una tasa de crecimiento económico superior al 10%, algo impensable para ningún otro país en América latina incluso en muchos países del mundo. En ese mismo periodo, Castro, que habría derrocado al Dictador Batista, hizo que Cuba pasara de ser uno de los países con mayor crecimiento en su momento a ser el más pobre en América Latina solo equiparable a la dictadura en Venezuela que en la mitad de ese tiempo destruyó la economía de otro de los países con mayor crecimiento en América Latina.

El país más desarrollado en América Latina

Chile es hoy el segundo país de América Latina con mayor esperanza de vida (80 años) y que en el listado global se ubica en la posición 31. Es también el país con mayores Índices de Desarrollo Humano acompañado de Uruguay que ha mantenido desde siempre un esquema de economía abierta. La diferencia sustancial entre los países con mayor desarrollo económico se basa precisamente en las libertades económicas. A mayor libertad, mayor crecimiento. Cuba y Venezuela se encuentran en el extremo opuesto con economías estatizadas que todas luces han resultado un fracaso.

No hay un solo ejemplo de que el comunismo o el socialismo hayan logrado mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos en los países donde, dicho sea de paso, han destruido la democracia dando pie a gobierno autoritarios y abiertamente autócratas y represores. La diferencia con los países europeos que se asumen de izquierda o sociales demócratas como Noruega o Dinamarca, es que son sociedades más educadas que no permiten las ocurrencias ni los vaivenes de los gobernantes en turno. La ciudadanía de esos países está empoderada y sus políticas económicas y sociales son de largo plazo.

Elección clave

Por eso resulta particularmente clave que el comunismo no gane las elecciones en Chile dadas las repercusiones que puede tener para el desarrollo en América Latina. La derecha si se la quiere llamar así, no hace conclaves ni construye complicidades como la izquierda en el Foro de Sau Paulo, ahora denominado de Puebla y que reunió recientemente en México a Marcelo Ebrard con los expresidentes de izquierda, el español Rodriguez Zapatero, los brasileños Ignacio Lula Da Silva y Dilma Russef y el ecuatoriano Rafael Correa.

Los chilenos que no han tenido que migrar como lo hacen los argentinos, los bolivianos o los peruanos ante el desastre económico de los gobiernos de izquierda. No saben lo que tienen y de lo que se van a perder si apuestan por un modelo estatista de esos que ofrecen y ofrecen apoyos en programas sociales como si el gobierno generara riqueza y no las pequeñas, medianas o grandes empresas que son a las que terminan estrangulando o ahuyentando en demerito de la economía.

El revés de la izquierda

Por lo pronto en Argentina la izquierda Kichnerista ha sufrido un serio revés como pasó antes en Brasil con el deschavetado de Bolsonaro, en Uruguay donde la derecha volvió al poder o en Ecuador donde el presidente Guillermo Lasso dejó atrás la demagogia de Rafael Correa. Sin embargo, en Bolivia después de la salida de Evo y en Perú, después un breve lapso de resurgimiento económico, volvieron a gobernar los expertos en fabricar pobreza.  Esa es nuestra América Latina que como en el juego de las serpientes y escaleras, unos suben y otros vuelven caer. La falta de cohesión y las ideas dispares u opuestas son las que no permiten del desarrollo.

Kast, un moderado

José Antonio Kast dista mucho del radicalismo de Trump o Bolsonaro. Es un hombre que dialoga, debate con razonamientos y rectifica si es necesario. El joven Boric sostiene ideas radicales y apuesta por un modelo económico y social fallido y regresivo. Por eso habrá que estar pendientes de lo que pase en Chile que quiérase o no repercute en toda la región incluyendo a México.

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