A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

El Loco

En una de sus recientes peroratas matutinas, el presidente López Obrador, violó una vez más el principio de no intervención y respeto a la autodeterminación de otros países consagrado en la Constitución. Le dedicó una serie de comentarios a Javier Milei, el economista liberal argentino y triunfador en la primera ronda electoral por la presidencia en aquel atribulado país. AMLO acaba de regresar de Chile donde se reunió con sus homólogos latinoamericanos de izquierda so pretexto de la conmemoración del golpe de estado a Salvador Allende. Es muy seguro que los presidentes Lula de Brasil, Boric de Chile y Petro de Colombia compartieran su preocupación por el probable triunfo de la derecha en Argentina.

CONFUSIÓN

Por eso la crítica del presidente al pretender exhibir a Milei como “un conservador” por la crítica de este al Papa Francisco. Y es que se supone que el conservadurismo al que siempre se remonta el presidente, es el que opuso al presidente Juárez contra las reformas liberales. El predominio secular de la Iglesia católica fue embestido por los masones liberales influidos por el protestantismo anglosajón. Ideas republicanas contra monárquicas. De ahí la Guerra de Reforma entre liberales y conservadores. Es donde el presidente se enreda conceptualmente al entremezclar al neoliberalismo que postula las ideas del mercado con el conservadurismo católico.

EL FENÓMENO MILEI

El argentino Javier Milei se ha convertido en todo un fenómeno político al irrumpir como un outsider que detesta a la casta política donde el poder va y viene de manos sin resolver nada. Para él la burocracia política es una especie parasitaria que vive del pueblo al que esquilma con los impuestos y compra con programas sociales. Milei es un personaje frontal que se volvió famoso por los debates en programas televisivos y redes sociales en Argentina. No se anda con medias tintas. Enfurece contra los que llama “zurdos de mierda”. Les recita sus verdades a todos esos vividores que se amamantan del sudor ajeno y las falacias de la llamada justicia social.

Javier Milei sostiene que el empresario es un verdadero benefactor social porque para poder competir y ser exitoso tiene que ofrecer bienes de mejor calidad a mejor precio y eso beneficia a la gente. Además de ello genera empleos y por si fuera poco sostiene al estado con sus impuestos. Contra los teóricos y defensores del socialismo, sostiene que el valor de un producto y sus ganancias no son producto de la explotación del hombre por el hombre. Lo que da ganancias es aquello que se conoce como la teoría subjetiva del valor que desarrolló la escuela austriaca con Carl Menger y Friedrich von Hayek. Una botella de agua en el desierto no vale lo mismo que la siguiente. Si tienes sed puedes satisfacer tu necesidad con uno y no pagarías más por un segundo y menos una tercera botella. El valor es subjetivo. No es el trabajador lo que aporta el valor sino la demanda.

Milei es además un severo crítico del déficit fiscal al que atribuye la galopante inflación. Piensa que para el estado es muy fácil echar mano de la maquinita para imprimir billetes y tiene razón. Es lo que nos va pasar en México ahora que el gobierno con fines electorales decidió gastar 9 billones a pesar de que recauda 7. Por eso Milei quiere dolarizar la economía de su país para que los políticos dejen de robar incrementando el gasto público. Quiere dinamizar la economía reduciendo la burocracia y bajando los impuestos. Apuesta dar un giro total hacia la economía de mercado.

MILEI, PRESIDENTE

Milei va a ganar las elecciones de su país y es por eso que han orquestado toda una campaña mediática llamándolo “loco”. Es un vehemente y feroz crítico y eso atrae a los votantes más jóvenes y a las clases sociales más pobres que son mayoría. Por eso los “zurdos” latinoamericanos y el nuestro, para decirlo en sus propias palabras, están aterrorizados. Hay algunas ideas con las que se puede no estar de acuerdo. No miente cuando afirma que el Papa ha sido benevolente con dictaduras como la de Daniel Ortega que ordenó el arresto de un cura católico por denunciar los abusos de su gobierno. Tampoco cuando calla sobre las violaciones a los derechos humanos de los venezolanos y cubanos.

Milei, aunque les duela, va ser el próximo presidente de Argentina y puede representar un giro para todo el continente. Ya basta de más estafas con esa izquierda que vive en la opulencia y engaña al pueblo con una justicia social que solo sabe esquilmar a la gente que de verdad trabaja.

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