Activismo migrante de la Iglesia no tiene fines politicos: Felipe Arizmendi

Dios nos ha enseñado a ver a los otros como hermanos, no como mercancía, sostuvo el obispo en encuentro en el río Suchiate

Redacción

[dropcap]N[/dropcap]o estemos esperanzados al gobierno para ayudar a los hermanos migrantes, sostuvo el obispo de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel.
Al dirigir un mensaje a la comunidad a la orilla del río Suchiate, destacó que «si podemos darles un vaso de agua o un plato de comida hay que hacerlo, porque son hermanos que necesitan de nuestro apoyo en su paso por territorio mexicano».
Ante la asistencia de habitantes locales, así como de migrantes de Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador, que se congregaron a la altura del paso informal «Limón», el obispo afirmó que son cientos de migrantes que han cruzado con la intención de buscar una mejor vida y han sido víctimas de violaciones a sus derechos humanos y a su dignidad.
Arizmendi Esquivel manifestó que la presencia de los obispos de Tabasco, Veracruz, Tehuantepec, Oaxaca; de Cuautitlán; Chiapas y el arzobispo de Yucatán, no tiene ninguna acción política ni demagógico, sino expresar la fraternidad a los hermanos que pasan desde Centroamérica con la intención de llegar a Estados Unidos.
Los centroamericanos deben saber que no están solos, la iglesia está con ellos, «sabemos cuánto sufren por el camino, tenemos para migrantes en 72 lugares en todo el país, pero sobre todo nuestra preocupación y nuestro cariño para que la gente local los vea como hermanos, no los vean como un peligro, no los vean como delincuentes, sino como personas que desean mejorar su vida».
Monseñor manifestó que no es posible que en México se les siga haciendo sufrir tanto, «no es posible quejarse de lo que sufren los mexicanos en Estados Unidos, no podemos criticar a aquel país y nosotros hacer lo mismo con ellos, explotarlos y extorsionarlos, eso no puede seguir ocurriendo».
Afirmó que se han hecho tratados para que pasen las mercancías, las cosas materiales, pero no se abren las fronteras para que puedan pasar las personas como seres humanos, significa que para este sistema lo más importante es la economía, no las personas, lo que más importa es el dinero, los bienes materiales, lo cual no es con la palabra de Dios, «Dios nos ha enseñado a ver a las demás personas como hermanos, no como mercancías».

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