Al Son del texto / Tina Rodriguez

Opiniones distintas se observan en lo que se dice en el ámbito oficial y en la población, y ya ni se diga en las redes sociales con opiniones algunas veces desfasadas más por desconocimiento y manipuleo que por realidad.
Para empezar Chiapas no es un caos.
Aunado a los rezagos apareció con el nuevo gobernante una clase política inexperta y sin el conocimiento profundo de las necesidades y el cómo de éstas. Porque ese ha sido uno de los problemas más graves: no se trata de dar a destajo, apasiguar las cosas con más dinero, sino de desenredar el problema que puede ser añejo, y entonces el asunto es tanto étnico como antropológico, y la sociología del caso merece otro tratamiento, no la compra de conciencias.
Referente a las perdidas pues se recuperan los volúmenes, pero los resentimientos sociales son otra cosa, y ésta nueva gente nada sabe de eso.
¡Todo le ha salido mal!
Y todo en detrimento de la imagen del estado.
Por eso desde hace mucho tiempo se habla de la necesidad de una política de calidad, pero hay mala calidad en la política; se confía mucho en la tecnocracia y su nueva tendencia científica que no aterriza en los lugares o zonas álgidas desde hace mucho tiempo, y solo viene a conflictuar más el asunto, como paso en no pocos municipios indígenas, y en alguno que otro mestizo, en dónde la incidencia del crimen ya e3s notoria.
Se insiste: las pérdidas se recuperan, las deudas se pagan, pero las vidas se pierden para siempre, y dejan mucho encono entre los grupos, comunidades.
NO hay sensibilidad social en el gobierno; sensibilidad social no materialista, no en busca del desarrollo humano como sea, solo para incrementar la estadística de mejoría como sea; las inquinas también merecen otro trato, las diferencias conciliaciones.
No se ven avances en eso: solo calles pavimentadas, abajo del concreto lo mismo: la demanda por la tierra, hambre, zozobra social.
Hay muchos ejemplos en éstos tres años.
Madurar esto es importante para evitar más derramamiento de sangre entre iguales de un municipio, y más indígena.
Ya los enconos entre verdes-PRI lleva varios enfrentamientos, varias sospechas de secuestro, de asesinatos, y esa es otra estadística que se debe de tomar en cuenta.

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