Mujer chiapaneca
La conferencista Sara Lovera estuvo en Chiapas, concretamente en Tuxtla en dónde se presentó en el recinto del Museo de la Ciudad para dar un taller de género.
Periodista, catedrática, Lovera es de las mujeres más prestigiadas sobre éstos temas, talleres, diplomados, que aun presentan resistencia entre varones mayores y aunque no se crea entre mujeres. Las hay también las que intuyen que son desplazadas o marginadas, pero desconocen el cómo hacer valer sus derechos con energía, esto especialmente en los pueblos chicos en dónde aún persisten criterios anquilosados, derivados del machismo que muchos descalifican hasta que lo padecen sus hijas.
Desde luego que hay mucha literatura al respecto, pero a la vez, ordenanzas jurídicas que marcan claramente los derechos de género, pero que en los hechos ni se toman en cuenta, a la hora del acoso o el insulto disfrazado de piropo, hacer menos a la empleada para ciertos cargos y responsabilidades.
En efecto se mencionan los derechos de la mujer, e incluso hay instituciones dedicadas a nosotras, que van desde secretarías dentro de gabinetes estatales hasta fiscalía especializada en esos derechos, pero por qué no hay avances claros. Es más los feminicidios no son pocos en Chiapas y aun con ello, no se dan las alertas necesarias.
Veracruz, Tamaulipas, Tijuana, Acapulco, estados y ciudades supuestamente más desarrollados son los que presentan los más altos índices de violencia hacia la mujer, incluso matándolas, en tanto Chiapas es de las entidades de más golpeadas e insultadas en pareja.
Sara Lovera como siempre magistral, como una mujer que conoce y ejerce sus políticas, desde todo tipo de medios informativos: Fundadora de La Jornada, de Comunicación e Información de la Mujer A.C., la Lovera –como la llaman- tiene presencia en todo éste país y ayer en ésta capital de Chiapas fue un placer volver a comprobar su convocatoria como la vi en Méxicali u Orizaba o Ciudad de México.
No soy una activista pero sí una persona que expone a diario, su pensamiento, sus coincidencias o divergencias con lo que acontence, y la verdad es que tenemos un gobierno lerdo para atender las demandas de las mujeres, con una institución como la empoderamiento de la mujer, acéfala.
Pero de siempre éste tipo de causas sociales parten y evolucionan desde dónde se generan: el pueblo, no los gobiernos.
Ponderarnos y empoderarnos es cosa de nosotras, de cada una, como trinchera de una para todas en todo sentido.
