Al Son del texto / Tina Rodriguez

Respeto la opinión de los que se oponen a los matrimonios igualitarios y a que éstos adopten hijos.
Lo que no acepto es que por opinar lo contrario, ellos sí sean intolerantes y llamen amorales a los activistas de esas causas, y se hable de que se atenta en contra de la célula de la sociedad como lo es la familia; que el clero señale que se va a generar un caos de aceptarse, cuando el social está peor, pues se está gestando en muy diversos ámbitos que incluyen la pobreza extrema, el desempleo, el hambre, y ahí tenemos la historia humana como reseña.
Estamos en un siglo XXI en que la comunicación es básica y elemental; arrastrar ideas anquilosadas ante una realidad contundente, no tiene futuro; sucede que se practica sin que se legalice, como sucede con el aborto, otro de los temas tabú en una solidad de doble moral, que muchas veces no sabe ni lo que hacen sus hijos e hijas.
Evidentemente en las familias en dónde existen gay, pues desean su felicidad y realización como personas y ello incluye amor y familia propias.
La otra: Hay miles de niños en situación de calle por los que no se preocupan los que se oponen a éste tipo de adopción; a diario están expuestos a todo tipo de vejaciones y abusos, hambre, delincuencia, drogas. No veo a esas asociaciones moralinas con sus brigadas de comidas en las esquinas o parques públicos en dónde andan mendingando decenas de infantes, incluso explotados por sus padres «naturales».
Ciertamente todos los ciudadanos de alguna forma somos indiferentes a ello, como a otros muchos flagelos de la sociedad como el hambre en los ya no nombrados cinturones de miseria que desde luego, existen en todas las ciudades grandes como Tuxtla Gutiérrez.
Por eso esa doble moral no es práctica, es retrógrada: limita la posibilidad de darle certeza jurídica a miles de niños que pudieran ser adoptados por estas parejas homoparentales, aun exista ya una resolución de la suprema corte de justicia de la nación a favor, lo que abre la posibilidad de que posibilite su aprobación legal.
Pero como con el aborto para los matrimonios igualitarios aun se presentan cerradas oposiciones desde clanes y organizaciones de mucho poder e influencia.
Pero como en la lucha por los derechos de la mujer que no termina aun sea vea más sencillo que éste tema expuesto, de todos modos no se cumple aun existan leyes que validan los derechos de igualdad y respeto a la integridad física de la mujer.
La cosa es argumentar, no exponer opiniones lapidarias como eso de que generará caos permitir el matrimonio igualitario, santiguándose por no hacer de México una Sodoma o Gomorra.
Y para cerrar aunque mal haga: es en los matrimonios «normales» en dónde se generan las y los gay; no precisamente porque sean familias disfuncionales, sino porque es con mucho un factor genético, natural, aunque no lo acepten los más.
Y en esto hasta la ciencia participa en pro y en contra, y completamente en contra las religiones, todas intolerantes a éste derecho humano a ser diferente.
Ya crecerá el tema en los medios en los próximos días, y solo esperemos que se den versiones aun controversiales pero a la altura: hablamos de personas, que no se olvide.

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