Al Son del texto / Tina Rodriguez

El tema de la niñez es tremendo si la tomamos desde el punto de vista social, lejos de las exhibiciones institucionales.
Como muchas otras cosas de la nación, la cuestión infantil es mes estremecedora, y ya el CONEVAL dio cifras que fueron retomadas por los principales medios de comunicación el viernes pasado pero que al parecer pasaron de noche.
Millones de niños viven en pobreza y pobreza extrema, no solo en la provincia sino en la Ciudad de México y capitales de los estados, obvio Chiapas, y forman parte de las cosas diarias que vemos en chicleritos, limpia parabrisas y múltiples más.
¿Lo negamos?
Cientos de miles de niños de todo, desde hambre, violencia intrafamiliar y demás vejaciones.
Es las ciudades hay motivos suficientes para celebrarles, pero no para la foto, sino para darles lo que por ley se merecen.
Lamentablemente no es un asunto de un día, no se vale: es el de cumplir con lo que la ley dice que merecen ellos, y no sucede.
La verdad cualquier evento realizado es solo lucimiento de políticos.
La verdad no tuvieron un evento digno para celebrar a los niños de escasos recursos, ni en la propia capital del país sede del poder ejecutivo federal.
Los infantes merecen otra felicidad, otras cosas que no sean la foto del político con ellos para subirla al face.
Es absurdo: se comportan como si los mexicanos no supiéramos la realidad de desplazamiento social que padecen los niños de México, y desde luego sus familias en condiciones paupérrimas.
Hay cosas como esas fotos de presunción, la llamada explotación de la pobreza que no se merecen esos infantes, y por el contrario, los beneficios a que tienen derecho como mexicanos, como futuro de la patria, como les llaman por éstos días, a los que se les ha negado de todo.
Pero bueno, sirvieron para la foto, se lucieron muchos entregando juguetes pero ayer y hoy ¿Qué?
Los políticos y servidores públicos ya tienen otro objetivo: el día de las madres, el diez de mayo: más fotos. A quién quieren engañar, por favor.