Al Son del Texto / Tina Rodriguez

Mientras cuestiones colaterales distraen la realidad de corrupción en que caen tantos alcaldes en la entidad, que no practican la rendición de cuentas y dilatan su comprobación mensual bajo el pretexto de que no les llegan recursos y demás pretextos, situaciones simples o llanas se destacan en las redes sociales a partir de una opinión manipulada: ¿qué entendemos por violencia?

La realidad es que ni al caso comparar a Chiapas con entidades vecinas como Veracruz, Oaxaca o Tabasco, una considerada en dónde se asesinan a periodistas sin ningún rubor, 17 en la presente administración y el gobernador no cayó; la que sigue con vandalismo brutal por parte de la sección 22 de la CNTE en Oaxaca, y están en pie de lucha aun cuatro mil millones de pesos perdidos porque el turismo deja de llegar a esa entidad, y no se diga Tabasco, de las más altas incidencias de secuestros express y prolongados que terminan en desapariciones.

Lo del dinero que dicen que no hay en la entidad, es cosa de ver la prensa nacional y desde luego en todos los estados no lo hay; en todos se les deben miles de millones de pesos a proveedores y prestadores de bienes y servicios, pero como no ven más que los asuntos de locales creen que es cosa solo de Chiapas.

Es todo el país incluida la enorme ciudad de México atrapada en una deuda que se acerca a los 20 mil millones de pesos.

Esa es la tercera parte del presupuesto chiapaneco.

En medio de todo eso de la lenta radicación de partidas esta una realidad: la baja del petrolero impactó a éste país petrolizado. Aunque las autoridades federales de Hacienda difieran esa realidad, los trabajos caen, las empresas cierran, la delincuencia se incrementa.

Pero hay de niveles a niveles; Chiapas no presenta esos escenarios como en Tamaulipas, Guerrero o Michoacán.

Y la verdad que así siga, pues sabemos que los eventos de violencia o «motín» como le llaman las autoridades, son cosas caciquiles, generalmente derivadas de diferencias del dominio municipal, sea Oxchuc, Tila, Simojovel o Chenalhó.

En ningún caso hubo muertos, ajusticiados, represalias, levantones o desapariciones.

La verdad dentro de las inconformidades que hay en éste país, Chiapas está lejos de esos escenarios y ojalá así siga.

Lo celebro.

Nací en una zona tranquila de obreros; hoy es un escenario distinto: paso de indocumentados, presencia del crimen organizado, aquellas casas de puertas abiertas en el Papaloapan, en Veracruz, son cosa del pasado.

Hay zozobra, temor, inseguridad.

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