Al Son del texto / Tina Rodriguez

Leí que la nueva gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich Arellano se fue fuerte en contra de su antecesor, Guillermo Padrés Elías, panista que hace poco más de un año fue acusado de controlar un río a beneficio de su rancho, y que se vio obligado a dinamitar una represa de unos setenta metros de altura que, aun es duda el cómo la construyó pues, esa obra de ingeniería hidráulica no fue nada barata.
El caso es que también, notas de referencia señalan que gobernadores que van de salida como Javier Duarte de Ochoa, dejan enormes deudas a sus sucesores, en momentos en que ese gobernador polémico, en cuya entidad acaban de agredir a otro fotoperiodista el día del grito, está siendo ahora acusado por acreedores de tener deudas millonarias sin pagar y ya se va.
Así en cada entidad en dónde habrá cambios de poderes, las acusaciones de pendientes de pago son cosa sistemática, en algo extraño pues antes, o hace mucho la mayor garantía era ser proveedor del gobierno.
Ahora es un vía crusis, que va de oficinas, oficios, negociaciones, palancas, de todo y aun así no pagan y si lo hacen es de manera parcial, en algo que no es privativo de alguna entidad.
Pasa en todas.
¿Por qué?
Se supone que cuando se hacen las contrataciones, convenios, arreglos, ya se tiene idea del cómo cubrir los compromisos pues, los proveedores tienen que financiar la compra que se dará a cédito. Las demoras de pago en la parte gubernamental crean cuellos de botella en muchas empresas que a veces «truenan» por la dilación de la cobertura de pagos, algo no visto antes hasta éste sexenio mexicano, en que la reducción de recursos fue posterior a las entregas de esos proveedores.
Al parecer los gobernantes que asuman funciones no van a tener otra que investigar a su antecesor, y más sino corresponde a sus mismas siglas políticas.

Al Son que me toquen…

¿O sea que si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determina que no hay motivo para nueva elección, y que el ganador es Fernando Castellanos Cal y Mayor para la alcaldía de Tuxtla, se vendió?
Eso no es así.
Al judicializarse una elección se investiga todo; desde cada voto, actas de escrutinio y desde luego impugnaciones.
Bien puede el TRIFE determinar nuevas elecciones o en su caso que ganó Paco Rojas, y entonces ese tribunal sí sería honorable y justo para los seguidores del ex candidato panista.
Lo que se observa es que algo pasa que la dirigencia estatal panista y menos la nacional, no reacciona al nivel de las expectativas que esperaría Rojas.
¿Por qué?
El lo calla, no dice nada, pero es más que evidente que en ese sentido está solo, y como buen panista es vertical a sus dirigencias, aun lo escuchen gritando solo en la loma.

 

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