Al Son del texto / Tina Rodriguez

Dos revuelos cibernéticos se sintieron éste inicio de semana en las personas de Juan Oscar trinidad palacios, el obudsman chiapaneco y Samuel Chacón, el diputado federal por el XII distrito chiapaneco, quienes fueron exhibidos con todo por altos sueldos y muchas deficiencias.
Ambos de la costa chiapaneca, han merecido todo tipo de referencias de adentro y de afuera de sus municipios respectivos, acusados de un buen de aprovechamientos desde sus posiciones actuales y añejas, para lucrar y enriquecerse.
Desde luego que no ha habido datos contundentes como sucede casi siempre en las redes en dónde la crítica abunda pero sin pruebas, y se trata más de denostaciones que llaman la atención, más por la vorágine con que crecen que hasta parece encargo.
Obvio es que Juan Oscar Trinidad algo hizo mal que llevó con todo en los medios hasta impresos como electrónicos, en una avalancha que lo ha de haber dejado bien quieto, mientras que por otro lado, Samuel Chacón fue como advertido de que se les siguen haciendo cuentas no solo por las deudas sino por lo que no hizo con los dineros del ayuntamiento que presidió y dejó para lanzarse de diputado, recordándole que bien se le puede desaforar en su caso para que rinda lo necesario ante el ministerio público, en caso de comprobársele algo chueco.
La cosa es que los dos casos fueron objeto de atención por la lluvia repentina sobre ellos, que desde luego deja en claro que tienen enemigos serios a los que tienen que observar y en su caso disciplinarse, si no es que quieren volver a padecer otra rueda de críticas, sobre todos porque los dos han sido severamente cuestionados durante su trabajo político en la administración pública.
Al parecer Chacón y Palacios no quisieron disciplinarse a sus siglas tricolores, y como que les recordaron que también es verde.

Al Son que me toquen…

Luego de que nombraron a Zorrilla en la secretaría del trabajo, queda solo la Secretaría de la Mujer, y como que las barajas se mueven en espera de la mencionada que, como sus antecesoras, no podrá salirse de los lineamientos que le indiquen, ni aparecerá en ninguna manifestación de las mujeres por las causas que demanden, porque tienen que ser absolutamente institucionales.
La cuestión administrativa, desde esa secretaría hasta las demás áreas de que se trate con relación, son de perfil moderado que no pasan de meros escenarios de información, no de activismo.
Eso es más que claro.
Exigir que esas dependencias incluyendo a la fiscalía «especializada» en delitos contra las mujer, es complejo. No solo dependen de la personalidad de la titular, sino de las condiciones de la protesta misma.
Ahí lo tenemos en el congreso estatal en dónde hay una mayoría de electas y plurinominales que parecen no darse cuenta.

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