Al Son del texto / Tina Rodriguez

Es inevitable cuestionar el proceder del magisterio, pues aún se ponga en duda la calidad de la evaluación magisterial, también es cierto que el vandalismo se ha registrado en los dos días que llevan de movilizaciones, y se esperan hoy más desmanes.
Es cierto que no es propiamente una evaluación magisterial; se trata de una especie de recontratación que no va a generar el mismo tipo de antigüedad pues comprende contratación cada cuatro años para los de nuevo ingreso, aunque se respetará la antigüedad de los vigentes.
Ese problema es el que motiva las movilizaciones, esto es todo comprende un carácter laboral y no académico, porque de eso no existe nada en la llamada reforma educativa, que es completamente neoliberal, es decir, beneficia más al patrón, en éste caso el gobierno federal y de los estados.
Es por eso que el magisterio se ha inconformado tanto, pues es mentira eso de que la estructura de mando es vandálica; entre el magisterio hay troskos, el brazo duro como lo hay en todos los sindicatos sobre todo discidentes, que son los que complican los escenarios ahora con la moda esa de pretextar que se trata de infiltrados, esto es, gente del mismo gobierno que los provoca y éstos reaccionan, en un cuento de nunca acabar que para su mala fortuna la gente no cree.
Y no lo cree porque en la CNTE han hecho lo necesario en éstas cuatro décadas de existencia para que sea la propia sociedad civil la que no los apoye y cuestione sus métodos de lucha, al grado tal que ya han sido encarados, para mala fortuna de los que reclaman bloqueos o paros.
Tan es así que el magisterio ya no convocas –tiene su tiempo- a junta con los padres de familia para dar a conocer su determinación de paros, los porqués del mismo, como lo hacían antes, en que todavía gozaban de un relativo apoyo popular.
La cuestión es que en los hechos se dan nuevos sucesos, como la muerte del joven maestro de Villaflores, o el enfrentamiento de ayer en pleno centro de la capital del estado.
Esa lamentable imagen que fue retransmitida múltiples veces, con el ánimo de desprestigiar al gobierno estatal primeramente, y al federal después, tampoco logró su cometido como fue el intento también el día martes, cuando por descuido o error de los propios mentores, perdió la vida su compañero arrollado por un pesado camión de AEXA, el que se habían robado unas horas antes.
Ayer prácticamente la gendarmería no contestó; secuestraron a varios uniformados y los devuelven a cambio de sus compañeros detenidos por los disturbios en Ocozocoautla. Es imposible: están ya bajo proceso por una defunción imprudencial si se quiere, pero se persigue de oficio.
La verdad se complica el escenario para una posible conciliación, en algo que empezó de manera unilateral por parte del gobierno federal, al que no le está empezando ir tampoco muy bien ésta vez.

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