Al Son del texto / Tina Rodriguez

No son precisamente unos académicos que aseguren con su carrera en el ramo el crecimiento tanto del Cobach como del Conalep, instituciones éstas que más que la verdad se han desarrollado de manera estructural en la última década, y a los que se les ha hecho el esfuerzo por mejorar su calidad educativa.
Los nuevos titulares de éstos, Enrique Hernández Vielma y Mariano Rosales Zuart, son parte de esos nombramientos por compromisos políticos, concertasesiones pues ninguno de los dos tiene el perfil para buscar la excelencia en esos subsistemas de la educación en Chiapas.
Mucha fue la polémica generada desde ayer en las redes en ese sentido, pues ha sido más política la carrera de ambos en busca de cargos de elección popular, pues mientras Hernández Vielma buscó ser diputado y lo logró, Rosales Zuart no alcanzó a ser alcalde de su natal Villaflores aunque sí secretario de transportes.
Tenemos entonces que siguen los nombramientos de personajes sin el perfil y desde luego, apoyados por una serie de asesores que solo encarecen los servicios que prestan, además de que siguen siendo de siempre los mismos que pareciera que no hay académicos con altos niveles de preparación en ésta entidad.
Hasta cuándo van a dejar que sean éstos los que dirijan la educación en Chiapas y no seguir sacando de la misma caja a los que solo saben cobrar y llenar de compromisos a éstas instituciones que no son para nada de cobertura política y sí absolutamente social.
¡Dónde está la promesa esa de que se darían las cosas con transparencia pues ésta no solo se circunscribe a los dineros, sino también a las funciones y desde luego, en cada una de éstas instituciones se considera o se entiende o se espera qué perfil debe tener un director general idóneo.
Mal andamos que no acabamos de encontrar los quienes para los cargos y los amiguismos y compadrazgos de siglas y compromisos siguen apareciendo en el ramo que sea a costa que sea.

Al Son que me toquen…

El silencio de los sindicatos de las respectivas instituciones es evidentemente cómplice, no el de los administrativos sino el de los docentes.
Nunca hay una manifestación pública en torno a los nombramientos de quien sea mientras los dirigentes mantengan sus mercedes y privilegios.

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