Al son del texto / Tina Rodriguez

Conocer noticias de censura a éstas alturas sorprende

Pareciera cosa del pasado aquellas escenas donde los funcionarios públicos intervenían para censurar periodistas, y las redes hacen creer que estamos en un país con plena libertad de expresión, pero aún hay los que están en el poder que piensan que la gente es menor de edad para no darnos cuenta del control que pretenden y lamentablemente en muchos casos, logran ejercer.
Las omisiones en las cadenas televisivas siguen, se mantiene, son práctica común y aun sigan perdiendo rating, no cambian la idea de manipulación de masas con sus funcionarios obsoletos, tercos en que el sistema es la vigencia y no el consumidor.
Ese consumidor de información prefiere mejor caer en las imprecisiones de las redes que en los contenidos de los medios masivos, y así pasó con la explosión en Pajaritos, en Coatzacoalcos, en que en los primeros minutos alguien habló de 40 muertos y se regó como si fuera cierto, mientras en la versión oficial no llegaban a 17 y ha quedado en 22 y un desaparecido que no está en ningún hospital, mientras en la sede que es Coatza, se llegó a hablar hasta de cien, en las redes sociales por los usuarios locales.
¿Qué caso tiene manipular contenidos desde los medios masivos e impresos de circulación «nacional»?
Ninguno.
Pero se trata de mantener el control de la situación en las primeras horas al costo que sea a ganancia –y comisiones- de esos consorcios millonarios, que ya no tienen tanto impacto en la opinión pública y el reflejo es la pobre credibilidad de los gobiernos, la baja participación ciudadana a la hora de votar, que aún no logra separar el proceso electoral de los gobiernos en turno.
Y cuando un conductor de radio o TV se sal de «huacal», sino lo censuran lo despiden por medio de todo tipo de argucias, como sucedió con Carmen Aristegui en MVS Radio, o Karen Cota, en Milenio; a ambas funcionarios federales intervinieron para que quitaran, cambiaran y negaran con una réplica a modo una investigación periodística –de cada una en su momento- con rigor y contenido veraz.
La terca censura no se va, no la dejamos ir.
No hay consciencia en la clase política que los medios de comunicación e información no están para hacer relaciones públicas sino investigaciones periodísticas, siempre critica, porque la constructiva no existe.
Así que lamentablemente el dinero sigue rigiendo las líneas del periodismo desde la visión editorial de muchos dueños y directivos sin ética, en perjuicio de la sociedad que dicen servir, y desde luego, para beneplácito de esa clase política mexicana sucia y vil.

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