Arden inocentes, victimas del poder de las «fake news»

Varias cadenas en redes sociales fueron el combustible para despertar la alerta ciudadana. No habían pasado ni 24 horas del linchamiento de dos personas en Puebla cuando otra turba en Hidalgo hizo lo propio contra una pareja, a quienes «confundieron» con «robachicos». Las noticias falsas sobre bandas de secuestradores se han convertido en un arma muy peligrosa

Agencias

[dropcap]E[/dropcap]l miércoles, dos personas fueron quemadas vivas en Puebla, ayer otras dos fueron lapidadas y también quemadas vivas pero en Hidalgo. No robaron una tienda ni intentaron extorsionar a nadie: fueron señalados por los pobladores como «robachicos» y fueron linchados por varias cadenas de noticias falsas que se siguen difundiendo en WhatsApp y Facebook sobre «bandas» que secuestran a menores de edad por todo el país.
No había pasado ni un día completo del terrible linchamiento de dos campesinos en Puebla, cuando ocurrió otro casi con las mismas características en la comunidad de Santa Ana Ahuehuepan, en Tula de Allende, Hidalgo. Una pareja, que estaba en la comunidad por motivos de trabajo, fue «confundida con otras personas que intentaron sustraer a un menor», según reporta El Universal.
Los golpearon y lapidaron en ese mismo sitio donde los habían detenido; por más que la policía municipal llegó antes de que le prendieran fuego a la pareja, no pudieron hacer mucho: los amenazaron con lincharlos también. El hombre murió en el lugar y la mujer cuando recibía atención médica por las quemaduras y los golpes. (Vía: El Universal)
Desde hace varias semanas, medios y autoridades han reportado y desmentido las noticias falsas que circulan en redes sociales sobre «bandas de robachicos» que están «secuestrando» menores para tráfico de órganos.
Estas noticias falsas se repiten cada cierto tiempo: soldados o policías detienen «una camioneta», «un auto», «una banda» con cuerpos de niños o con órganos «listos para transplantar» en páginas que nunca mencionan fuentes, dan nombres o localidades donde, dicen, ocurrieron los hechos.
Sin embargo, el empuje que ha tenido esta particular cadena de «advertencias» se ha convertido en un foco rojo para las autoridades incluso antes de que ocurriera el primer linchamiento: hasta el momento ya son veinte estados los que han desmentido públicamente estas advertencias. (Vía: El Universal)
Elisa Godínez, doctora en Antropología y experta en el tema de linchamientos, escribió para Horizontal cómo muchos linchamientos están antecedidos por denuncias constantes que no son atendidas por las autoridades:
«No es en las zonas con mayores índices de criminalidad donde suceden los linchamientos —al menos con base en la información de los registros a los que se puede tener acceso. Ahora bien, existe evidencia verificable de que en las semanas y meses previos a un acto de linchamiento, en la localidad en cuestión se denunciaron con insistencia delitos que las autoridades locales, estatales y federales no atendieron.» (Vía: Horizontal)
Con la tesis de Godínez en consideración, las noticias falsas sobre bandas de secuestradores se convierten en un arma muy peligrosa en este contexto: ¿cómo va a responder la autoridad ante denuncias de hechos falsos?
Como hemos repetido una y otra vez desde que salieron a la luz estas notas falsas, nadie está diciendo que no existan los delitos de robo de infantes o tráfico de órganos, nadie está negando los números alarmantes de desapariciones de menores. Lo que sí se está negando es que cada uno de esos casos sea parte de una «banda de robachicos».
Los supuestos casos de robo de infantes que han surgido recientemente son completamente falsos. En el estado de Puebla no hay registro hasta el momento de robo de menores; se trata de un fenómeno de desinformación a nivel nacional.
No sólo urge que las autoridades realicen acciones para prevenir los linchamientos, también es urgente que, como sociedad, aprendamos a reconocer la información falaz de la que no lo es, a verificar antes de que, por ejemplo, otra víctima más se sume a estas 36 horas de terror.

(Con información de Plumas Atómicas)

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