Articulo Único / Angel Mario Ksheratto

El regaño papal por el medio ambiente

Fue, el del Papa Francisco, un discurso directo. Diría además que tuvo un destinatario específico. El tema del deterioro ecológico en Chiapas, no es asunto «entre particulares» como se ha querido hacernos creer, y tampoco es una bronca interna, una discusión que deba quedar entre nosotros. El que el máximo jerarca de la Iglesia Católica lo haya abordado, significa que es motivo de preocupación mundial y no solamente cuestión de una ideología aldeana, insustancial y errática.
No fue un reconocimiento a las políticas públicas sobre el medio ambiente local, sino más bien, un reproche a la comunidad internacional que ha cerrado los ojos a las múltiples denuncias de la depredación en Chiapas; un regaño, severo y contundente, al gobierno federal que tampoco ha hecho lo necesario para frenar prácticas de mutilación irracional de la naturaleza.
Los humedales de San Cristóbal de las Casas, los manglares de la costa, la selva Lacandona, la Sepultura, las grandes extensiones de bosques en la franja fronteriza con Guatemala y en la zona norte del estado, las reservas; todo invadido, depredado.
Ha sido la ambición, el abuso, los excesos, el miedo, las componendas, la corrupción lo que ha permitido que el medio ambiente se deteriore cada vez más. Ahí está el caso de PROACTIVA; ahí están las invasiones a la reserva del Cañón del Sumidero. Acciones protegidas por funcionarios y supuestos líderes sociales corruptos, que buscan solamente su beneficio, a riesgo de comprometer el futuro no solo de sus hijos, sino el de todos los chiapanecos.
La reprimenda papal no tiene desperdicio. Fue puntual y certera. «La violencia en el corazón del ser humano, herido por el pecado, se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, agua y seres vivientes», acusó. Nadie en su sano juicio estaría en condiciones de negar que estamos ante una profunda crisis ambiental, derivada de la apatía y la ausencia de valores de quienes, ahora sí, como dijo don Jorge Bergoglio, nos han «anestesiado el alma».
Evidentemente no es una crisis ambiental privativa de Chiapas, pero sí, de aquí surgen muchas dudas respecto a la efectividad de las estrategias para evitar la aceleración del cambio climático. Por muchas y muy diversas razones, Chiapas es el referente ecologista y, a juzgar por la reprimenda del Papa, la cosa es mucho más grave de lo que creíamos.
En otras partes del mundo hay preocupación por la falta de acciones determinantes contra quienes están devastando, no solo a Chiapas, sino al país. Retomemos el caso de PROACTIVA: sus lixiviados están destruyendo la cuenca de los ríos que alimentan al Grijalva, de donde se extrae energía eléctrica para un altísimo porcentaje del país, el sur de Estados Unidos y parte de Centro América. El Grijalva riega millones de hectáreas de tierras cultivables a su paso, generando seguridad alimentaria y una economía estable regional.
Para el colmo, a orillas de ese río, una calera está poniendo en riesgo las paredes laterales de la entrada del cañón del Sumidero. Si, por desgracia, llegare a desprenderse, taponearía la corriente del río y terminaría por inundar a Tuxtla Gutiérrez, Chiapa de Corzo y muchos lugares más. Sobre el cañón, en la llamada «reserva», las invasiones para sentamientos humanos irregulares, son cotidianas.
¿Harán algo ahora que el Papa tocó el tema? Quisiera ser optimista y creer que harán algo, pero mucho me temo que la regañada, les entró por una oreja y les salió por otra… Si es que pusieron atención al vicario de Cristo.
En las esferas del gobierno, se tomaron a guasa lo dicho por el invitado especial, cuyos discursos influyen en todo el mundo. No es lo mismo que cualquier muchachito pretenda darnos cátedras sobre políticas ambientales fallidas, a que venga el representante de Dios en la tierra a abrirnos los ojos para darnos cuenta del embuste.
Personalmente, sí espero que tanto el gobierno federal como el estatal, actúen a favor del medio ambiente. Pero no con discursillos, sino con acciones que nos devuelvan la confianza en las instituciones. No con medidas a medias, sino con actos que fortalezcan el estado de derecho para que sepamos que nadie, ninguna empresa por muy transnacional y poderosa que sea, puede estar por encima de la ley.
No debemos ni podemos seguir siendo sordos —así calificó el obispo de Roma a quienes nada hacen para evitar el colapso definitivo— ante el grito de la naturaleza. Seguir permitiendo el avance del desastre, nos hará cómplices de la extinción de la vida humana en el planeta…

ksheratto@gmail.com
@Ksheratto

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