Articulo Único / Angel Mario Ksheratto

De cómo DSJ extorsiona a acreedores

[dropcap]L[/dropcap]as pronunciadas ojeras revelan en ella, una profunda desesperación; mientras habla, fija la mirada en el vaso de refresco que ha pedido y que no tocó durante la conversación. Pareciera no estar en éste mundo. El temblor de sus blancas manos acentúa su desesperanza y solo me ve a los ojos cuando pide, implora, exige —al gobierno del Estado— el justo pago por las proveedurías que dejaron de serlo al descapitalizarse la pequeña empresa que montó con su marido, casi desde que se casaron hace 22 años.
—Mi marido se dejó morir; las deudas en que nos metimos para proveer a la secretaría de Salud de insumos, se volvieron cada vez más grandes y eso lo deprimió hasta dejar de consumir sus medicamentos —cuenta a punto de llanto y suelta una frase demoledora: «Si el gobierno nos hubiera pagado lo que nos debe, mi marido viviera… de eso estoy segura.»
El Calvario que ha tenido que pasar para lograr que la secretaría de Salud o la de Hacienda cubran el adeudo, es inenarrable. Funcionarios ha habido que, sabedores de su viudez, le han insinuado «invitaciones» a tomar la copa para «buscar un arreglo que le acomode bien a su petición».
—¡Que se vayan a la chingada! Yo no busco «arreglos»; quiero que me paguen lo que es, la cantidad exacta que me deben, no a medias, ni a través de extorsiones —explota y con justa razón. Es la única vez durante la charla, que se exalta, se enoja, manotea. En la secretaría de Hacienda, afirma, el mismo Daniel Sandoval Jafif, subsecretario, le exigió el 30 por ciento de «comisión» a cambio de liberarle un cheque con la mitad del pago total (tres millones de pesos).
«Es lo mejor que puedo hacer por usted, señora. Del millón y medio que le voy a pagar en éste momento, le vamos a retener 450 mil pesos por comisiones y para pagar gastos que generan la tramitación de su pago», sostiene que le dijo el funcionario, acusado por decenas de comerciantes y empresarios del mismo delito.
Ella protesto. Le explicó a Sandoval que esos 450 mil que debería pagar para que le liberasen el cheque, los tenía contemplados para cubrir adeudos con por lo menos, dos de sus proveedores. «Mire, usted no se preocupe; a mediados o finales de éste año sale el otro cheque para completar su pago. Tendrá dos millones cien mil pesotes y verá que para el siguiente año, ya se habrá vuelto a capitalizar», dice que le respondió el susodicho.
—¿Se imagina la impotencia que sentí en ese momento? Novecientos mil pesos de nuestro dinero, nuestro esfuerzo, en manos de un sinvergüenza al que no le ha costado nada. Dígame usted si es correcto que trabajemos toda una vida para que venga otro y se quede con el producto de nuestro trabajo… Y así dicen luchar contra la pobreza —dice meditabunda.
En la secretaría de Salud, tampoco le ha ido bien. Muchas veces ha sido citada con la promesa de pago, pero solo le dan largas e incluso, han establecido fechas para el pago. Pero nunca se cumplen. Ahí, el mismo titular le ha dicho que, «por caprichos» de Daniel Sandoval, no se hacen los depósitos correspondientes. «Es dinero etiquetado que no se puede utilizar para otra cosa que no sea el pago a proveedores; no entiendo por qué, la secretaría de Hacienda, se niega a pagar», ha respondido el titular de esa dependencia.
No es la primera persona que cuenta la misma historia con respecto a los adeudos del gobierno con proveedores y prestadores de servicio. Recién, el gobernador designó, sin cargo oficial, a David de León Romero, coordinador de prensa nacional del PVEM para «sanear» dichas deudas. Nada ha podido hacer el supuesto «mago» de las finanzas.
Ha llamado, uno a uno a los acreedores y solo les ha hecho la misma promesa: se les pagará. Pero no dice cuándo. Mientras, cientos de empresarios, están cerrando sus negocios y por supuesto, cerrando innumerables empleos, lo que acrecentará la crisis económica que, se decía hasta hace unos días, no afectaría a Chiapas, en virtud de gozar el estado de «finanzas sanas». Mito derribado por las evidencias.
—¿En qué momento creímos en un jovencito inexperto para que nos gobernara? Yo misma voté por él, pensando que haría bien las cosas; creyendo que no permitiría los abusos y la corrupción. Y mire con qué nos paga.
—¿Ha tratado usted de hablar con el gobernador?
—Muchas veces. La única vez que me atendió en un acto público, dio órdenes a no sé quién de sus asistentes para que me atendieran; éste me pasó con don Plácido Morales y don Plácido con Roberto Rubio y Roberto Rubio, ¿con quién cree? ¡Con Daniel Sandoval de nuevo! Total que sigo en las mismas.
Lamento decir que por desgracia, así seguirá por mucho tiempo más. No hay voluntad, ni capacidad para atender tan escandalosos adeudos. Vamos mal.

@Ksheratto
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